• Por: Nahuel Palacios, encargado de
  • Contenido, Koga Impact Lab.

Hace algunos días nos tocó en Koga entrevistar a una de las personas que transformó la manera en que una computadora puede transformar la educación de quienes menos acceso tienen a la tecnología. Se trata de Walter Bender, reconocido investigador y tecnólogo del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que fue uno de los creadores e impulsores del programa "One Laptop Per Child" (OLPC), o lo que después conoceríamos en Sudamérica como "Una Computadora Por Niño".

Walter, junto a otros expertos, tenía la meta de lograr que los países en vías de desarrollo acorten la brecha tecnológica con aquellos más desarrollados, y estaban seguros que para lograrlo necesitaban crear una computadora cuyo costo no superara 100 dólares. Si eso resulta utópico en nuestros días, era algo inimaginable en el 2005. Sorprendentemente, se logró. Si bien a día de hoy aún los resultados no son completamente los proyectados, el impacto que generó fue realmente interesante.

"Uno de los objetivos era abaratar exponencialmente los costos de la computadora, ahí logramos un éxito del 100%, además de crear un software que incentive a los chicos a crear cosas nuevas, aprendiendo de sus propios errores", comentó el experto. Es entonces cuando nace Sugar, el programa informático que permite el aprendizaje de niños y niñas por todo el planeta.

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No obstante, contar con los recursos no siempre es sinónimo de éxito. "El problema se dio más bien en la manera en la que usamos los equipos, ya que en algunos colegios terminaron poniendo una pantalla blanca en el monitor que decía a los estudiantes que miren al pizarrón y atiendan a la clase". Quedaba entonces asentar la manera de usar esta nueva herramienta.

Walter Bender a pesar de tener un prestigioso pasado como emprendedor de éxito, mira al futuro, no pretende centrar su experiencia en los éxitos comprobados, sino enfocar lo que comparte en los éxitos o fracasos futuros. Al entrevistarle, quisimos saber más sobre el pasado que lo había hecho famoso en el mundo de las startups, pero él prefería hablar del presente.

Cuando no pudo continuar al frente de OLPC fundó Sugar Lab para seguir desarrollando el software libre que permitiera a cualquiera aprender creando. Esta lógica tal vez sea contraria a los sistemas operativos que usamos hoy, que vienen predefinidos y son menos adaptables. Pero esa es una de las esencias más fuertes del emprendedor, romper barreras mentales que tengan que ver con la edad, y sobre todo con el miedo a equivocarse. Walter lo tiene muy en claro y lo repite en varias ocasiones.

La visita de este experimentado emprendedor nos dejó varias enseñanzas, y como el contenido era imperdible, la separamos en 3 cortos videos subtitulados que iremos subiendo a las redes de Gramo Conversaciones en Facebook y Youtube en estos días.

Quién dijo que la edad nos limite a crear. Como verán, es apenas una barrera mental.

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