Por Augusto Dos Santos

Periodista

Hacia el año 1988, último año de Alfredo Stroessner en el poder, el responsable de comunicaciones de la Presidencia de la República, Juan José Benítez Rickmann produjo un comentario de prensa que generó estupor en el Palacio. Dijo que Gustavo Stroessner (para muchos el inapelable sucesor del anciano dictador) no iba a decidir quién sería el próximo presidente, sino la Junta de Gobierno de la ANR.

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Ese día nadie lo saludó al llegar al Palacio, todos estaban abriendo paraguas ante la posible reacción de Stroessner ante tan irreverente declaración. Estaban seguros que rodaría la cabeza de Benítez Rickmann y querían estar lo más lejos posible. Aun teniendo rango ministerial, algunos edecanes siquiera lo saludaron ese día.

Stroessner lo convocó a su despacho hacia el final de la mañana y lo encerró por dos horas en una conversación que muchos pensaban era el final del ciclo para Benítez R. Sin embargo, pese a que tuvo su inicio temperamental la charla derivó hacia la amabilidad.

Stroessner que era astuto para los asuntos del poder (menos que para detectar golpes) y a sabiendas que todos afuera esperaban que la audiencia acabe con una patada en las asentaderas del alto funcionario le dio al tema una resolución ejemplar.

Le pidió a Benítez Rickmann que le acompañe hasta el auto y ante los ojos de la prensa fueron hablando animadamente por la alfombra roja que separa su despacho del acceso al Palacio, le puso la mano en el hombro con gesto fraterno y se despidió de él cordialmente. Desde ese minuto todos los altos mandos del Palacio volvieron a sonreír con obsecuencia ante el director de Comunicación.

Así es la política. Se maneja con signos, por lo que para conocerla no basta "estar bien informado" sino estar muy atento a una disciplina que comparten juntos la medicina y la comunicación: la semiótica. Peor aun en tanto en la política la semiótica está revestida de semiética.

ALGO SE MUEVE DETRÁS DE LA RESOLUCIÓN

Traemos a colación el episodio anterior para asombrarnos de la importante variedad de comentarios que levantó un hecho que fue mucho más trascendente por su connotación de cara al futuro que por su aparente impacto actual: nos referimos a la iniciativa de la Junta de Gobierno de promover la cancelación de la acción propagandista de Fernando Lugo de cara a las elecciones del 2018.

A todas luces es un planteo de cumplimiento imposible. Nadie puede impedir a nadie hablar de un plan presidencial aun siendo un ex presidente. Obviamente la iniciativa tiene otros planes mucho más jugosos.

Se puede pensar por ejemplo que es la primera medida proactiva en mucho tiempo del oficialismo, que busca constituir un globo sonda para medir las reacciones que podría generar una eventual anulación de tal postulación.

También podría pensarse en la estrategia de amague que usan los delanteros a la hora de enviar un centro de pelota parada, cuando tientan para ver cómo se van a mover los defensores rivales. A la ANR puede resultarle muy importante saber cómo reaccionará la Corte ante un hecho puntual que involucra a Lugo con mucha anticipación.

Pero igualmente se podría pensar que al dejar un precedente judicial que ampare "el funcionamiento" de la candidatura de Lugo es una forma de amparar una futura candidatura de Cartes.

Alguien habló sobre que este hecho produciría una suba en la popularidad de Lugo, pero posiblemente el hecho que produzca no será el de la popularidad sino otro que es igualmente medible: la victimización.

Allí también podría verse un paso astuto de la Junta de Gobierno al acelerar los procesos y producir esa detonación de victimización mucho antes de los comicios. Sin embargo, al menos en la oposición colorada y extracolorada el hecho no generó aun una situación escandalosa ni indignada. Es que para varios potenciales candidatos como Alegre y Mario Ferreiro, la idea de un 2018 sin Lugo no deja de parecerles interesante.

De hecho si se tuviera que dibujar la ubicación de Lugo en el escenario de la oposición se podría definir como de autoaislamiento. Ni toma parte de la mesa de oposición ni tampoco lo buscan para que tome parte.

EL CONTRALOR DE LA DISCORDIA

A Vidal César Méndez, mediocampista del club General Díaz de Pilar, le preguntó la radio de su pueblo –allá por los 80– cuántos años tenía. Ël respondió: – "Generalmente tengo 24 años"–. En política nada ocurre "generalmente", todo tiene su dinámica de construcción y desconstrucción que puede llevar unos pocos días.

Tanto el sector político de oposición que lideran Alegre y Filizzola, como el Frente Guasu, se expresaron contrariados por el respaldo de Avanza País al candidato de este partido para la Contraloría, finalmente obtenida con el apoyo de la bancada oficialista. En apariencia algunos sectores creen que "generalmente" tendrán el liderazgo de la oposición sin que nadie hubiera concertado eso.

Cada sector político, incluyendo en la oposición, tiene sus agendas, sus planes, su hoja de ruta y no es la alianza de Avanza con el oficialismo para imponer su candidato lo que pone en riesgo la unidad de la oposición sino la falta de cintura de sectores de la oposición para entender que cada partido incluido en esta franja debe jugar su guerra por el poder.

En todo caso el arte de una oposición con vocación de triunfo se observará en su capacidad de aglutinar desde la construcción de poder de todas sus partes potenciales integrantes.

Esa antipática posición de mesías que etiqueta quiénes son los opositores químicamente puros y quiénes son los "contaminados" es –justamente– uno de los factores clave que siempre desmoronan la unidad de la oposición.

EL RIESGO URBANO

La semana pasada consultamos con personas conocedoras del sistema penal y nos ofrecieron un dato inquietante: los así llamados motochorros tienden cada vez con mayor volumen a organizarse en bandas, que a su vez controlan territorio. El perfeccionamiento de este proceso puede hacer que el caballo loco quede como una honorable pieza de museo delictivo más inocente y estemos en presencia del nacimiento de pandillas de asaltantes que son el paisaje típico en México, Centroamérica y otras regiones.

En Paraguay ya no hay tiempo para esa estúpida discusión sobre si se abordan primero las causas sociales de la delincuencia o se produce una buena estrategia tendiente a mitigar el impacto de esta forma de delito. La respuesta es sencilla: debe hacerse todo al mismo tiempo. Lo uno y lo otro. Si vamos a esperar que se alivien las razones estructurales del problema es probable que en cinco años más vivamos en un escenario similar a cualquier paisaje de The Walking Dead.

EL RIESGO GEOPOLÍTICO

Definitivamente Itamaraty no debe estar inmensamente feliz con la idea de "Paraguay la nueva China", principalmente por dos motivos, porque una parte importante de tales inversiones se transplantan desde su territorio hacia el nuestro y porque el potencial de los productos que llegaran a generarse es de competitividad ante los producidos al otro lado de Itaipú con el régimen del "costo Brasil".

"Hasta ahora, Paraguay ha logrado atraer 116 empresas extranjeras, el 80 por ciento de ellas brasileñas", dice el matutino Abc color en su editorial del sábado último.

Hay otro tema con Brasil. El 7 de octubre del 2018 serán las elecciones presidenciales en el gigante vecino. En este proceso electoral posiblemente se instalará otro tema clave de la relación con Paraguay como bandera de campaña: el problema de las drogas, con la electricidad que puede tener este debate ubicado en el corazón de dos países transitando al mismo tiempo en sendos eventos comiciales.

HISTORIA DE CARRERAS DE CABALLOS

Los politólogos de Estados Unidos ironizan al respecto de la lectura superficial que se hace en los medios sobre las encuestas electorales calificándolas como "horse racing history". En gran medida ello tiene que ver con la gran demanda de los votantes de obtener información sobre posibles resultados, antes que procesos y antes que propuestas en muchos casos.

Ésta será una semana estruendosa porque la carrera toca a su fin, ante lo cual es bueno obtener una buena poltrona, conectarse a la televisión y seguir los resultados.

Mi amigo Felipe, que los martes en la noche juega al fútbol con los amigos, ya encargó unas respetables costillas, una provisión jubilar de cervezas, una buena tele al costado de "la sintética" y se aprestan a pasar del "¡qué cobró proesor!" al tenso conteo de los 538 miembros del colegio electoral que elegirá al nuevo liderazgo mundial. Las delicias de un mundo instantáneo.

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