En el 2017, se cumplirá el centenario del nacimiento de Augusto Roa Bastos, el primer y único hasta ahora paraguayo reconocido como Premio Cervantes de Literatura, además de importante figura de las letras hispanoamericanas, destacado en todo el mundo.
Hace pocos días se hablaba desde diferentes instituciones culturales de la necesidad de que el año del centenario de Roa Bastos sea especial y motivo de celebración en todo el país, que lo vio nacer y al que tanto amó y al que quiso volver, a pesar de los avatares de su vida como opositor al régimen de entonces y luego como exiliado.
Por eso, es positivo que tanto la Secretaría Nacional de Cultura como Centro Cultural de la República El Cabildo, la Municipalidad de Asunción, la fundación que lleva su nombre y herederos se hayan unido en la tarea de diseñar un homenaje especial que ocupe y se ocupe durante todo el año próximo de la figura y la obra de Roa Bastos, más allá de las menciones de las más reconocidas internacionalmente.
A este homenaje se ha sumado el Senado, a través de un proyecto de ley que declara al 2017 como "Año del Centenario de Augusto Roa Bastos". La propuesta legislativa ahora fue girada a la Cámara de Diputados para su consideración, en donde seguramente no habrá ningún obstáculo para su aprobación inmediata.
Ya nos iremos enterando de los diferentes momentos y actos especiales que se desarrollarán en todo el país para homenajear a quien desarrolló una tarea gigantesca a favor de la cultura paraguaya, desde el lenguaje y el diseño de personajes e historias que fueron comprendidos por todo el mundo,
a pesar de su pertenencia tan enraizada en este país que para muchos seguía siendo un misterio insondable.Lo importante ahora es destacar lo necesario y positivo de este homenaje, pues con él se abrirán las puertas a un mayor conocimiento de vida y obra de un referente –el más grande– de las letras paraguayas, a las generaciones que no tuvieron la posibilidad de acercarse a él.
También será una magnífica oportunidad para que en escuelas y colegios la figura de Roa Bastos sea protagonista desde la amplitud de su mirada y en ella se miren los que serán los dueños del mañana y futuro del país.
También se han de reflejar en el homenaje los reconocimientos y la admiración que supo ganar la obra de Roa Bastos en todas partes del mundo. Vendrán seguramente a recordarlo desde los países de la región, en los que su obra recibió premios y elogios y en donde trabajó y encontró espacio para su vida cotidiana y su tarea como periodista, junto a otros que como él fueron grandes autores y referentes de la cultura.
También de Europa, donde su obra reconocida nada menos que con el premio más importante a las letras hispanoamericanas –el Cervantes– fue el abrazo que lo contuvo por encima del drama y que lo apoyó para seguir entregando al mundo una obra imprescindible. También Francia, donde desarrolló una importante tarea como autor y como docente universitario.
Motivos sobran para apoyar un homenaje como este, pero además, debemos mencionar especialmente que es muy importante que un país reconozca el valor de la cultura y sus referentes, porque son el mejor rostro que se ofrece al mundo como retrato de lo más trascendente de su propia y profunda identidad.