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El suboficial Víctor Olmedo Figueredo, de la comisaría 3ra. Metropolitana, fue detenido ayer tras un confuso episodio en donde lo acusan de intentar extorsionar a una joven por un supuesto robo en un centro comercial.

Eran cerca de las 15:30 de ayer cuando el suboficial Olmedo dejó su guardia en la Comisaría tercera y acudió al local de la tienda "Americana", ubicado en Independencia Nacional y Presidente Franco, en la zona del microcentro de Asunción. Supuestamente, Olmedo recibió la denuncia de los guardias del lugar, quienes detuvieron a una joven que supuestamente intentó robarse una cartera.

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El suboficial Olmedo hizo este operativo justo en momentos en que prácticamente todo el personal operativo de su comisaría estaba en una persecución contra dos motoasaltantes que habían asaltado a una estudiante en pleno centro de la capital. Olmedo, de acuerdo a fuentes policiales, dejó su "cuadrante" (zona de guardia) y fue a hacer esa intervención sin acompañamiento de ningún otro oficial.

La joven a quien Olmedo detuvo está identificada como Liz Guari Santander, de 24 años, con antecedentes por hurto pero que no cuenta actualmente con orden de detención en su contra. Este antecedente justamente sería la cruz de Liz, ya que al darse cuenta Olmedo de que la misma estaba en esta situación, habría decidido detenerla.

La extorsión

De acuerdo con el relato que dio la señora Celedonia Santander, madre de Liz, su hija la llamó ayer de tarde llorando desesperada desde Asunción, pidiendo que por favor consiga unos G. 2 millones porque un oficial de la Policía le detuvo y le exigió ese pago para liberarla. Doña Celedonia cuenta que se asustó pero que mantuvo la tranquilidad, ya que sabía que su hija no había cometido ningún delito. Entonces llamó a la Comisaría 7ma. Para contar lo que estaba pasando con su hija, pero no obtuvo respuestas. "Ahí me acordé que tenía el número de ustedes (dice al productor de La Nación) entonces les llamé y les conté lo que estaba ocurriendo. Yo quería grabarle al tipo cuando le pagaba, algo quería hacer para demostrar cómo trabaja esta gente" dice Celedonia.

Seguramente para asegurarse de que la transacción se concrete, el propio Suboficial Olmedo llevó a Liz hasta la escuela San Patricio, ubicada en Ñemby. La subió a un vehículo particular, un Renault color blanco, sin chapa, y emprendió el viaje, en pleno horario de guardia y abandonando su zona. A estas alturas, Olmedo ya olvidó que estaba de guardia y que sus compañeros estaban enfrentándose a tiros contra malvivientes.

El auto utilizado para el operativo de extorsión. Foto: Gentileza.

Cerca de las 17:00, el suboficial Olmedo llega hasta frente al Colegio San Patricio. Allí ya lo esperaba doña Celedonia. Según el relato de esta mujer, lo notó muy nervioso al policía Olmedo, quien sin perder tiempo le pidió, hablando en guaraní, el dinero que le había solicitado su hija por teléfono. Doña Celedonia le dijo que había empeñado algunas cosas y que el comprador tenía que llegar para darle el dinero, que tenga un poco de paciencia.

La idea de doña Celedonia era esperar al equipo de La Nación TV para filmar la entrega de la "coima". Harta de los operativos extorsivos de la policía contra su hija por el pecado de su antecedente, doña Celedonia creía que la única opción para librarse de este tormento era exponerlos públicamente. "Es la segunda vez que le piden plata. La última vez, le sacaron todo lo que tenía, que eran unos G. 600 mil. Mi hija vino de su trabajo llorando de rabia" recuerda la mujer.

En medio de la tensa espera, Liz logra escaparse de Olmedo. Estaba sentada del lado del acompañante y cuando ve que un ómnibus de la línea 47 va a pasar por el lugar, sale del vehículo, corre y sube al bus, que va con dirección a la zona de Acceso Sur. El suboficial Olmedo, uniformado él, sube a su automóvil y sigue al colectivo. Doña Celedonia llora de la impotencia y de la preocupación.

En ese momento, se le da aviso a la comisaría 11 Metropolitana, de Arroyo Seco, de lo que estaba pasando. Se le informa igualmente a los efectivos de que un vehículo Renault blanco, sin chapa, estaba dirigiéndose sobre Acceso Sur con dirección a Asunción. Una patrullera detiene el automóvil con las características mencionadas y los intervinientes encuentran a Olmedo al mando del vehículo. El suboficial no supo justificar su presencia en dicho rodado -cuya procedencia tampoco se tiene certeza- y en dicha jurisdicción, por lo que las autoridades de la comisaría de Arroyo Seco informaron del caso a la fiscalía.

“Por su propia cuenta”

El comisario Luis Justiniano, subjefe de la Comisaría 3ra. Metropolitana, reconoció a La Nación que efectivamente el suboficial Olmedo realizó este "operativo" sin avisar a ningún superior de su comisaría, ni siquiera a un camarada. "Hasta ahora no pude hablar con él, ni siquiera me llamó, bueno, no me llamó a avisar, ahora supongo menos me va a llamar. Creo que todo queda a manos de la Justicia nomás ya ahora" expresa, escueta pero en forma correcta, el comisario Justiniano.

A su vez, el subcomisario Alexander Méndez, de la comisaría 11 Arroyo Seco, dijo igualmente a La Nación que recibieron la denuncia en el teléfono corporativo de la Policía que recibieron la denuncia de que supuestamente el suboficial Olmedo Figueredo estaba en una situación, al menos rara, ya que estaba fuera de su jurisdicción, en un vehículo particular y en horario de trabajo. Señaló que el suboficial Olmedo se negó a responder preguntas sobre su procedimiento. Méndez aclaró igualmente que está prohibido por la Comandancia que un agente policial circule en vehículo sin chapa.

Imputación

El fiscal Mosqueira anunció a La Nación que en principio, se presenta todos los elementos para proceder a la imputación del suboficial Olmedo Figueredo por privación ilegítima de libertad, extorsión y coacción. Añadió que ya están trabajando en proceder con las primeras diligencias, como en principio, pedir toda la documentación del vehículo que utilizó el agente policial.

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