A dos años de prisión, con suspensión de la condena, fue sentenciada ayer por la tarde Lilian Carolina Rodríguez, tras ser hallada culpable del hecho punible de homicidio culposo, por la muerte en accidente de tránsito de la arquitecta Desirée Barrail. El Tribunal también impuso una serie de reglas de conducta que la condenada deberá cumplir.

Si bien hubo unanimidad en cuanto a la responsabilidad del hecho y el exceso de velocidad, la sentencia se dio con los votos en mayoría de las juezas Mesalina Fernández y Gloria Hermosa, ya que la presidenta del Tribunal, Nilza Giménez, votó en disidencia y consideró justa la pena privativa de libertad de tres años.

"La causa del accidente de tránsito fue la excesiva velocidad, porque si bien el semáforo no funcionaba, igual se tenía que reducir la velocidad", dijo la jueza Fernández al momento de argumentar la sentencia.

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Antes de la presentación de los alegatos finales, el Tribunal de Sentencia se constituyó en el lugar de los hechos. Esta visita se hizo a pedido de la querella adhesiva que, al iniciar el juicio, solicitó que los jueces vayan al lugar del accidente.

A la hora de los alegatos finales, la querella adhesiva planteó la pena de cuatro años y seis meses como castigo justo para Rodríguez. Asimismo, pidió que se le revoquen todas las medidas alternativas y que sea remitida al penal del Buen Pastor para que cumpla la condena.

La Fiscalía por su parte solicitó solo dos años de penitenciaría, alegando que hubo un acercamiento de la acusada para con los familiares de la víctima, y además se ofreció a resarcir el daño causado.

La defensa ejercida por el abogado Rodrigo González Planás, sin embargo, pidió la absolución de su cliente, señalando que el semáforo estaba descompuesto, por lo tanto, su defendida no tiene la culpa, ya que ella pasó el cruce de Choferes del Chaco y Carmen Soler cuando la luz del aparato daba verde.

Antes de que el Tribunal delibere el fallo, Rodríguez pidió perdón a los padres, a los hermanos, a los amigos y, en especial, a la hija de Desirée. Aseguró que así como cambió la vida de los allegados de la víctima, su vida también dio un gran giro.

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