Caracas, Venezuela. AFP.
La intervención del papa Francisco, quien se reunió ayer lunes en el Vaticano con el presidente Nicolás Maduro, dio un nuevo giro a la crisis política de Venezuela, donde la oposición insiste en sacar del poder al mandatario.
En un encuentro sorpresivo tras finalizar una gira por Medio Oriente, Maduro fue recibido por el papa, en el marco de la "preocupante situación de crisis política, social y económica que atraviesa" el país petrolero, informó la Santa Sede en un comunicado. Durante la audiencia privada, Francisco, quien envió a un representante a Caracas, instó "al diálogo sincero y constructivo" entre el gobierno y la oposición a fin de "aliviar el sufrimiento" de la gente.
El jefe del parlamento de mayoría opositora, Henry Ramos Allup, informó que el domingo voceros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se reunieron con el emisario del papa, el nuncio apostólico y ex presidentes de una misión mediadora de Unasur. "O vemos cómo arreglamos las cosas o vamos a terminar matándonos", aseguró Ramos Allup en una tensa sesión en la que la Asamblea Nacional declaró el domingo que la suspensión del referendo consumó un "golpe de Estado".
El parlamento debatirá este martes "la situación constitucional del presidente", a quien culpan de la "ruptura de la democracia", mientras la MUD organiza una protesta nacional que convocó para el miércoles, llamada la "Toma de Venezuela".
¿JUICIO POLÍTICO A MADURO?
El jefe de la bancada opositora, Julio Borges, planteó un posible "juicio político" contra Maduro, a quien la oposición también acusa de tener doble nacionalidad, venezolana y colombiana, que lo inhabilitaría para el cargo. Según el constitucionalista José Hernández, "un juicio político no está contemplado en la Constitución, pero implica una sanción política y moral".
La suspensión del referendo caldeó aún más el ambiente político, en un país que sufre una severa crisis económica, con una grave escasez de productos básicos y una inflación que el FMI calcula en 475% para este año.
La oposición sostiene que la solución a la crisis es la salida del poder de Maduro, cuya impopularidad llega a 76,5% y a quien más de un 60% quiere revocar, según la firma Datanálisis.
Ruptura democrática y crisis humanitaria
El conflicto entró en una nueva fase luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) aplazara el jueves, indefinidamente, la recolección de cuatro millones de firmas necesarias para llamar al referendo, antes prevista para esta semana. El poder electoral, acusado por la MUD de estar controlado por el gobierno al igual que la justicia, argumentó el acatamiento a sentencias que anularon por "fraude" un primer recaudo de rúbricas que abrió el proceso.
Según analistas, "la batalla institucional está perdida, por tanto la Asamblea estableció los lineamientos de su futura batalla política: la protesta popular, la demostración de mayoría, el llamado a la presión internacional".
La MUD enviará una comisión para pedir a la OEA que aplique la Carta Democrática, que prevé sanciones en casos de ruptura del hilo democrático. Por su parte, Human Rights Watch (HRW) exhortó a la OEA a presionar al gobierno para que permita ayuda internacional frente a lo que considera una "crisis humanitaria". Los analistas prevén una radicalización del conflicto. Los oficialistas amenazaron ya con el levantamiento de la inmunidad parlamentaria y la ilegalización de la MUD como agrupación política.