Por Antonio López

antoniolopez@lanacion.com.py

Solo se dio a conocer el nombre de "Gabriela". Un nombre, quizás, como cualquier otro, pero en este caso la situación es más grave, ya que se trata de una funcionaria de la Honorable Cámara de Diputados. ¿Y qué hizo de grave "Gabriela" ? Hizo lo que muchos otros funcionarios también en algún momento lo habrán hecho, pero para "desgracia" de esta mujer, una diputada, Olga Ferreira de López, la "pilló" en horario haciendo actividades físicas por la Costanera capitalina.

¿Es algo nuevo eso? De ninguna manera, sino muy por el contrario, es una práctica que viene dándose en ambas cámaras del Congreso, desde vaya uno a saber qué épocas. Y nunca se puso límites, sino que, aparentemente, se fue potenciando de la mano de los propios legisladores que, de una u otra forma, encuentran la vuelta para "meter" en el Parlamente a su gente, a sus "confiados".

Es cierto, lo de "Gabriela" es un ejemplo de que la práctica sigue sin pausa, pero no se puede negar que sí existen funcionarios de realmente cumplen con las tareas diarios, pero que lamentablemente no pueden hacer nada, ya que el germen de la corrupción, el amiguismo o como quieran llamarle, es más fuerte.

Claro, el director de Administración y Finanzas de la Cámara de Diputados, Alfredo Mongelós, apenas se denunció el hecho salió a defender su tarea señalando que inmediatamente se establecieron controles más estrictos del acceso y salida de los funcionarios en horario laboral.

Mientras los diputados en este caso no tomen conciencia de lo mal que están procediendo y en gran medida en perjuicio del pueblo, la situación va a seguir, y se van a seguir apañando actos como los de "Gabriela".

Agregó que mediante la resolución no solo se busca controlar la entrada, sino también el estacionamiento de los parlamentarios, ya que muchos empleados aprovechan dicho lugar para dejar su vehículo, ir a marcar su entrada y posteriormente abandonar nuevamente el lugar.

Todo esto no es nuevo, ya que para ir a un caso quizás no reciente pero que aún resuena en el ámbito parlamentario, es en el que se vio involucrada la ahora ex diputada Karina Rodríguez. La misma "perdió" el cargo luego de comprobarse en forma fehaciente que un asesor suyo firmaba la planilla de asistencia, pero no concurría a su lugar de trabajo. Y todo, parece, bajo su consentimiento. Hoy Karina Rodríguez es directora del Área Social de la Municipalidad de Asunción; quizás esto no quiera decir nada pero...

Y todavía hay más, porque no se debe olvidar que hasta hace algunas semanas los funcionarios de la Cámara de Diputados habían sido "premiados" con un tercer aguinaldo. El tema se paró, pero habrá que ver hasta dónde, ya que existen muchos mecanismos para ocultar "trapisondas" o hacerlas pasar por hechos legales. De eso, hay muchos casos en el Parlamento.

Pero debemos reconocer finalmente que ni "Gabriela" ni otros funcionarios que siguen esos pasos son los verdaderos culpables. No, los verdaderos responsables son los propios parlamentarios quienes, a través de distintas acciones, avalan estas prácticas, y sobre todo, son los responsables de llenar de "planilleros" las oficinas del mencionado cuerpo legislativo.

Mientras los diputados en este caso no tomen conciencia de lo mal que están procediendo y en gran medida en perjuicio del pueblo, la situación va a seguir, y se van a seguir apañando actos como los de "Gabriela", por más que se busque frenar con sumarios o supuestos controles más estrictos. Así no más es la cuestión.

Dejanos tu comentario