Luis María Argaña.

No hay dudas de que dos hombres que marcaron la política paraguaya tras el golpe que en 1989 derrocó a Alfredo Stroessner, fueron Luis María Argaña Ferraro (03/10/32 – 23/03/99) y Lino César Oviedo Silva (23/09/43 - 02/02/13). Ambos fueron caudillos que movieron masas, generaron adhesiones incondicionales y dividieron a la población al punto del fanatismo. Los medios tomaron partido y el enfrentamiento causó una grieta incluso en el periodismo. Tan fuerte eran sus liderazgos que sus partidarios hablaban de odio, de amenazas y hasta de muerte.

Argaña y Oviedo están unidos en la historia política paraguaya, en la que terminaron sin que uno ni otro logre llegar a lo que soñaban: la presidencia de Paraguay. Se anularon ellos mismos. Aquí parte de lo que vivieron.

LA ERA STROESSNER

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Mientras Argaña estaba vinculado a la política en la era de Stroessner ocupando un cupo parlamentario primero y luego la presidencia de la Corte Suprema de Justicia, Oviedo crecía militarmente estudiando en Alemania (donde, dicen, ajustó sus ideas políticas y militares) para luego convertirse en un hombre de confianza del Gral. Andrés Rodríguez. La única vez que habrán estado en el mismo bando habrá sido para el golpe militar de febrero de 1989, comandado por Rodríguez contra su consuegro, Stroessner. Argaña, alejado del entorno del dictador era uno de los líderes civiles de la revuelta; Oviedo entraba en el campo de acción para el golpe como uno de los "Carlos" que se encargaron de concretar la asonada.

Caído Stroessner, Rodríguez asume provisoriamente la Presidencia. Se cuenta que al llamar a elecciones el candidato iba a ser Argaña. Esto no sucedió y ahí habría comenzado la enemistad entre quienes se enfrentarían políticamente por muchos años. La historia, según los relatos, fue así: Rodríguez es convencido por un grupo de militares, entre ellos Oviedo, para que él mismo se postule para concluir el mandato de Stroessner hasta 1993, por lo que Argaña queda fuera del mapa presidencial, aunque se convierte en ministro de Asuntos Exteriores por un breve lapso.

Argaña, liderando el mítico movimiento Reconciliación Colorada, busca revancha en las elecciones internas de la ANR en 1992, cuando Rodríguez decide apoyar al empresario Juan Carlos Wasmosy, que naturalmente cuenta con el decidido apoyo de Oviedo, para esa época, ya el hombre más fuerte de las Fuerzas Armadas. Argaña gana las internas, pero un fraude que tuvo como ejes de acción a Oviedo y otros dirigentes, finalmente ubica a Wasmosy como candidato presidencial.

Oviedo vive una crisis política en abril de 1996 y es acusado de intentar un golpe de Estado contra Wasmosy. Es pasado a retiro y de inmediato forma la Unión de Colorados Éticos (Unace) como movimiento interno de la ANR, con clara intención de postularse a la presidencia.

Argaña y Oviedo se encuentran en la arena electoral en el Partido Colorado, en lo que se recuerda pudo ser una de las campañas electorales más fuertes e incluso violentas, que marcarían el inicio de una dolorosa historia para el país.

El ya entonces militar retirado gana las internas haciendo dupla con Raúl Cubas Grau. Argaña, que tenía como compañero de fórmula a Nicanor Duarte Frutos, acepta el resultado. Pero el enfrentamiento no terminaba ahí. Oviedo es inhabilitado a ser candidato presidencial condenado a 10 años de prisión por el intento golpista de abril de 1996, por lo que la ANR redefine su fórmula con Raúl Cubas Grau (presidente) – Luis María Argaña (vicepresidente), por un mecanismo interno de sucesión de candidaturas. Cubas Grau respondía a Oviedo; Argaña respondía a Argaña. El agua y el aceite en una chapa presidencial.

La campaña de la nueva dupla fue atípica. No se los vio juntos. El oviedismo lanza su slogan "tu voto vale doble" que prometía la presidencia para Cubas y la libertad para Oviedo, que ya estaba preso. La dupla logra una cómoda victoria en las generales. Cubas asume la presidencia, Argaña la vicepresidencia. Era agosto de 1998.

La primera acción política de Cubas fue liberar a Oviedo, lo que causa una crisis política en la que Argaña y la oposición lideran las críticas. Inestabilidad, amenazas, tensión y una ola de inseguridad política cubre al Gobierno. En el Congreso se presenta un juicio político contra Cubas, cuyo proceso causaría una grave crisis que derivaría en muerte. Si prosperaba el juicio, Argaña sería el Presidente.

ASESINATO DE ARGAÑA

El 23 de marzo de 1999, Argaña sufre un atentado en Asunción. Es acribillado junto con su escolta. Muchas teorías se tejieron en torno al hecho. Los dedos acusadores fueron hacia Oviedo y Cubas, en ese orden. Inician movilizaciones en Asunción. Campesinos que llegaban para manifestarse por temas sociales se suman a la protesta. La ciudadanía se vuelca a la calle para pedir la destitución de Cubas y cárcel para Oviedo. Así, en medio de enfrentamientos entre manifestantes a favor de la democracia, el oviedismo y fuerzas policiales, queda en la historia lo que se conoce hoy como el "Marzo paraguayo". Ocho jóvenes muertos, unos 700 heridos, y un gran dolor, hicieron que Cubas, presionado, renunciara al cargo, algo que Oviedo nunca le perdonó. Cubas es exiliado a Brasil y Oviedo huye a Argentina. Asume la presidencia el entonces presidente del Congreso, Luis Ángel González Machi, leal de Argaña.

Comenzaba otra historia. El argañismo en el poder promete justicia por la muerte del líder. Inicia una inmediata búsqueda de Oviedo, que desaparece de Argentina, pero es encontrado años después en Brasil. Se pide su extradición, pero no prospera. Es expulsado del Partido Colorado.

Ya con un nuevo partido formado, Unión de Ciudadanos Éticos (Unace), decide regresar a Paraguay en el 2004, con un acuerdo político que lo vincula con el que fuera aliado de Argaña y entonces presidente, Nicanor Duarte Frutos.

Oviedo es liberado y se lo desvincula de todos los procesos que tenía encima (muerte de Argaña, intento de golpe, etc.) e inicia de nuevo su carrera política, siempre pensando en el poder. Su poderío electoral, sin embargo, ya había mermado bastante. Se presenta como candidato presidencial en el 2008 y queda en tercer lugar. Su deseo de llegar a la Presidencia no acaba, por lo que se presenta de vuelta en el 2013, pero antes de las elecciones muere en un accidente aéreo el 2 de febrero de ese año. Terminaba así su ilusión de ocupar el sillón presidencial.

EL FINAL

Argaña y Oviedo, aunque fueron como el agua y el aceite políticamente, tienen similares historias. Fueron líderes y caudillos políticos, movieron masas, intentaron llegar a la Presidencia pero no lo lograron. Y los dos murieron de una manera trágica. Hoy, aunque sigue en la memoria de sus seguidores, ninguno de sus sectores tiene la fuerza política necesaria para llevar a la Presidencia sus ideales.

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