La responsabilidad social también debe ser medida por la transferencia. Es inadmisible aceptar que bajo el manto del voluntariado se cubran denuncias de supuestas irregularidades y se intente amedrentar a quienes, con absoluto derecho, desean explicaciones.

Las organizaciones de todo tipo deben rendir cuentas sobre sus acciones, más aún cuando están comprometidos fondos públicos o aquellos donados por ciudadanos que creen en el trabajo que realizan. El Cuerpo de Voluntarios del Paraguay (CBVP-Amarillo) no es la excepción.

Esta acción, la de transparentar y explicar situaciones al menos irregulares, no es entendida por la cúpula del CBVP-Amarillo que antes que exponer ante la sociedad las argumentaciones sobre el manejo de fondos, aplica una sistemática persecución hacia los integrantes que exigen explicaciones.

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Cabe señalar que al menos 39 voluntarios fueron sumariados por el Directorio Nacional del CBVP-Amarillo por supuestos actos de indisciplina e incluso "delictivos". Todos ellos participaron de la manifestación frente al cuartel general del pasado 20 de setiembre exigiendo transparencia. Es decir, simplemente, son objeto de una presión por la misma cúpula que es investigada.

La represalia que muchos bomberos temían se está cumpliendo y tiene como objetivo evitar que más voluntarios se sumen al reclamo de transparencia. El Directorio Nacional, cumpliendo con su amenaza, sacó el miércoles último la Resolución Nº 259 mediante la cual anuncia la instrucción de sumario contra 39 voluntarios.

La medida obedece, oficialmente, a que estas personas supuestamente cometieron diversos actos indisciplinarios y hasta delictivos. En la nota se lee que la acusación del Directorio radica en que estos bomberos procedieron a "retener" contra su voluntad a los miembros del Directorio Nacional en el local del cuartel.

Además, menciona el documento que los bomberos maltrataron el patrimonio del Cuerpo y atropellaron el lugar. Irónicamente debemos preguntarnos quiénes son los que han "maltratado" el patrimonio y "atropellan" la confianza que la ciudadanía ha depositado en las autoridades del CBVP que se atornillan en sus cargos desde hace varios años.

La cúpula no deja de amedrentar y en la misma resolución deja constancia igualmente que habrá otros sumariados, pero que todavía "no pudieron ser plenamente identificados". No es más que el anuncio de una abierta amenaza a quienes requieran de sus superiores explicaciones sobre los millonarios montos que manejan.

Debemos recordar que la noche del 20 de setiembre pasado, un centenar de bomberos se convocó ante el Cuartel General, donde los miembros del Directorio estaban reunidos tras las primeras publicaciones de La Nación Investiga sobre la compra de equipos "fantasma". La manifestación se extendió hasta entrada la madrugada del 21 de setiembre y no se registraron incidentes.

En esa ocasión, varios bomberos de diferentes compañías exigieron aclarar las denuncias que se habían publicado. Rafael Valdez, presidente del Directorio, declaró que todas las dudas se despejarían en una asamblea general extraordinaria, que fue realizada el sábado 15 de octubre. En dicho acto asambleario los miembros del Directorio no aclararon ni una sola de las dudas existentes sobre las irregularidades en el manejo financiero de la institución, sino más bien dijeron que era una campaña para desprestigiarlos.

Es decir, antes que aclarar la situación, además del silencio cómplice, ahora recurren a la presión y la amenaza contra quienes desean transparencia.

Mientras el Directorio de los bomberos amarillos está con su "caza de brujas", hasta ahora ninguno de sus miembros se dignó a responder sobre las denuncias que LN Investiga viene publicando desde hace ya un mes. Por ejemplo, hasta hoy día no se informó sobre qué pasó con los equipos que fueron comprados por el Directorio de la firma Circumpunto SRL, por valor de G. 967 millones. La empresa pertenece a Daniel Aquino Rivas, comandante de los bomberos y miembro del Directorio.

Es incoherente sumariar a gente que pide explicaciones, mientras el mismo Directorio no hizo absolutamente nada para aclarar las denuncias. No tienen interés de aclarar las denuncias y se sienten impunes, lo que hace peligroso que una organización considerada héroe por la ciudadanía sea destruida por actuaciones de este tipo por gente que se siente dueña del CVBP y maneja, aparentemente sin control alguno y de manera irregular, como si fuera su propia empresa.

Insistimos en que la transparencia es fundamental para que cualquier organización mantenga su credibilidad. De momento, esa credibilidad el CVBP la ha perdido ante la sociedad.

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