Eran cerca de las 17:30 cuando Tanya conducía su vehículo –un Kia Picanto color blanco– sobre la avenida Mariscal López con dirección a San Lorenzo. Al llegar a la avenida Madame Lynch, una patrullera de la Policía Nacional se le acercó y los uniformados le pidieron estacionar a un costado de la ruta, Tanya obedeció.
Uno de los agentes, en tono amenazante, le pidió abrir la puerta trasera de su vehículo. Al minuto, se sumaron dos uniformados más, todos de la Comisaría 11ª Metropolitana de la Policía Nacional, que tiene en su historial un reciente abuso de autoridad de sus agentes: el 12 de agosto de este año, en otro extraño procedimiento a cargo del suboficial primero Jhonnie Orihuela y del comisario Jorge Zárate Barreto, el joven Richard Pereira recibió un disparo que lo dejó prácticamente inmóvil.
Los policías le solicitaron todos sus documentos y los del vehículo a Tanya, quien los entregó. Luego, el agente oficial primero Gustavo Narváez le dijo que iban a confiscar su vehículo porque adentro "tenía algo sospechoso". Tanya se asustó y llamó al 911. La operadora le pidió que no salga del vehículo y que se dirija hasta la Comisaría 2ª para hacer la denuncia, porque el lugar en el que se realizó el procedimiento no correspondía a los efectivos de la Comisaría 11ª.
Tanya hizo otro llamado. Esta vez, a su padre, Germán Villalba, quien estaba en San Lorenzo y llegó en una hora y algo al lugar. En este período de tiempo, el agente Narváez, el suboficial segundo Arnaldo Lezcano y la suboficial ayudante Petrona Ovelar, procedieron a una inspección del vehículo, sin orden judicial ni presencia fiscal.
En un momento, Tanya vio que uno de los agentes sacó del bolsillo de su pantalón una bolsa con un contenido blanco y metió dentro de su cartera. Tanya le reclamó al agente Narváez, quien dijo: "Esto es lo que estábamos buscando". La bolsa, que supuestamente fue encontrada en el rodado, contenía 315 gramos de cocaína. Se labró un acta policial y la joven quedó detenida en la Comisaría 11ª, en cuyo calabozo pasó la noche.
PROCEDIMIENTO IRREGULAR
Desde la Fiscalía explicaron a La Nación que si existían sospechas de tráfico de drogas, este procedimiento tuvo que tener el acompañamiento fiscal, además de estar autorizado por un juez competente. "Como mínimo, aquí tenemos la figura de coacción y privación ilegítima de libertad, apenas como para empezar a calificar este absurdo", señaló Inocencio González, abogado de Tanya.
Hicieron la denuncia del caso ante la Unidad 2 a cargo del fiscal Isaac Ferreira y la abogada Lorena Ledesma, agente fiscal interina de esta unidad, pidió la detención preventiva de los tres policías, más el comisario Sergio Paredes, quienes ya están detenidos. El fiscal Ferreira dijo a La Nación que encontró numerosas inconsistencias en el parte policial de los agentes de la 11ª Metropolitana, por lo que dispuso la libertad inmediata de Villalba.