Con gran satisfacción recibió ayer toda Latinoamérica, y especialmente Colombia, la noticia del galardón con el Nobel de la Paz concedido al presidente Juan Manuel Santos por los "esfuerzos tenaces para poner fin a la guerra civil de más de 50 años".
Es un reconocimiento justo a un jefe de Estado de nuestro continente que encabezó las conversaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para frenar el conflicto interno armado más largo de la región.
El premio, uno de los más altos galardones mundiales, fue anunciado a pesar del revés que tuvo el plebiscito para confirmar el tratado de paz con las FARC, en claro ejemplo de que más allá de la discusión de cómo deben darse los términos del acuerdo, lo esencial es que Colombia camina hacia un nuevo sendero en el que la paz es objetivo principal.
"Existe un peligro real de que el proceso de paz se interrumpa y de que la guerra civil se reanude", lo que hace "todavía más urgente el respeto del alto el fuego por las partes, encabezadas por el presidente Santos y el jefe de la guerrilla de las FARC Rodrigo Londoño", conocido como "Timochenko", declaró la presidenta del Comité Nobel noruego, Kaci Kullmann Five, al explicar las razones por las que la decisión fue galardonar al jefe de Estado colombiano.
"El hecho de que una mayoría de votantes dijera no al acuerdo de paz no significa necesariamente que el proceso de paz esté muerto", argumentó Kullmann Five. "El referéndum no era una votación a favor o en contra de la paz", agregó, de manera explícita y certera la representante del estamento.
Santos recibirá el preciado galardón, en Oslo, el próximo 10 de diciembre, fecha de aniversario de la muerte de su fundador, el inventor e industrial sueco Alfred Nobel (1833-1896). Será el segundo colombiano recibir un premio Nobel. El primero había sido el escritor Gabriel García Márquez, en la la rama de Literatura, en 1982.
El año pasado, se recuerda que el Nobel de la Paz fue para el Cuarteto para el Diálogo Nacional Tunecino, actores de la sociedad civil que permitieron salvar la transición democrática en Túnez. En esta ocasión, se premia el gran deseo de terminar con un conflicto que no solo ha afectado a Colombia, sino a países de la región, incluido Paraguay con la aparición de conexiones del grupo guerrillero con algunos sectores radicalizados del país.
Santos, al agradecer la distinción, dijo que dedicaba el galardón a los millones de víctimas del conflicto armado en Colombia. En un breve mensaje, el mandatario expresó: "Colombianos, este premio es de ustedes. Es por las víctimas –y para que no haya una sola víctima más, un solo muerto más– que debemos reconciliarnos y unirnos para culminar este proceso, y comenzar a construir una paz estable y duradera".
El Premio Nobel de la Paz, además de ser considerado una distinción por el esfuerzo para lograr esa ansiada paz en todos los rincones del mundo, debe ser también un llamado a la reflexión, desde el punto de vista de la situación de la región.
Si Latinoamérica cuenta con un galardonado en el área de la Paz debe ser entendida de que no solo existe a quién galardonar, sino también que hay o hubo detrás un grave conflicto. Es decir, Latinoamérica no tendría un premio Nobel de la Paz si no existieran conflictos graves como el que vivió Colombia.
Hoy debemos destacar el merecido galardón que recibe Santos, por su compromiso, por su esfuerzo de lograr la paz en su querida Colombia. Pero a la vez, las naciones de esta parte del mundo deben analizar el momento que se está viviendo, para acabar con todos los conflictos que puedan generar inestabilidad, muerte y luto.
El presidente Santos ha mostrado el camino que deben tomar los países que requieren de paz. Lo hizo siendo paciente, persistente, con un gran compromiso, mostrándose abierto al diálogo y con un enorme amor a su país. Rescatamos una frase que usó durante sus primeras palabras tras el anuncio del galardón que resume todo el esfuerzo que pone desde hace años: "Gracias a Dios, la paz está cerca. La paz es posible". Más que un premio, Santos está logrando lo que siempre buscó: la paz colombiana.
¡Congratulaciones para Juan Manuel Santos, premio Nobel de la Paz 2016!