ÓSCAR GÓMEZ

Por la supremacía decana en el partido, el resultado final hasta pareció quedar corto, debido al gol de pelota detenida que consiguió Rubio Ñu y que plantó incluso dudas porque lo colocó a tiro de empate cuando aún faltaba más de quince minutos por jugarse.

Pero el encargado de disipar todas las dudas en Olimpia se llama William Mendieta, porque aumentó la ventaja cuando parecía que Rubio Ñu se animaba y marcó el tercero cuando Matías Pérez había acercado en el resultado a los de Trinidad. El "10" volvió a hacer un partido muy destacado. Ayer además, tuvo que aguantar los golpes que recibió por parte de los centrales rivales en los primeros minutos e hizo jugar a su equipo.

Así como las tarjetas del árbitro Mercado se hicieron esperar, el gol franjeado tardó demasiado en llegar. Rubio Ñu, pasivo, clavó dos líneas de cuatro y un mediapunta con tareas más defensivas. Nunca fue peligro real para el equipo de Jubero, que generó circuitos colectivos por izquierda y por derecha, mostrando la gran movilidad de sus extremos, que por momentos se metían al medio, permitiendo el paso de los laterales, e incluso intercambiaban la banda.

Olimpia lo mareó al albiverde moviendo la pelota y buscando el espacio, eso también hacía que al recuperar el balón, Rubio Ñu no pudiera hilar siquiera tres pases seguidos.

Y la apertura en el marcador llegó de una manera hasta fortuita si se quiere. Porque de un ataque por derecha, Olimpia movió para el lado izquierdo donde Mendieta se apoyó con Julián y este remató, pero lo que lo favoreció fue el desvío en Eric Ramos, que desconcertó completamente a Vargas.

Justicia en el marcador y con todo el segundo tiempo para encontrar espacios, extender la supremacía y la goleada. Tímidamente, Mario Jara sacó a su equipo y se paró unos metros más adelante. Aún así, nunca tuvo peso en ofensiva y terminó siendo un triunfo justo para Olimpia, que no le pierde pisada al puntero Guaraní.