Por Martín Villagra

Comenzó y terminó con una gran fiesta. No está muerto quien pelea cuando sobran ganas, fútbol y actitud gigante. Esto sirve de lección a los incrédulos, quienes no confiaban en revertir un dos a cero. Casi se complicó cerca del epílogo, pero le dio un sabor más delicioso a un partido que tuvo de todo, de ida y vuelta, de sufrimiento al borde del infarto.

El pueblo azulgrana disfrutó de una fantástica noche de clasificación de Cerro Porteño a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, instancia donde tendrá como adversario al también colombiano Independiente Medellín.

Al final fue con una aplastante goleada sobre el monarca defensor, que arribó su bandera por culpa de Cecilio Domínguez, indiscutible héroe del gran Ciclón. El ofensivo convirtió tres de los cuatro goles, el último al minuto 88, cuando otra eliminación pintaba un negro panorama en el colmado Defensores del Chaco.

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El tres a cero al final del primer tiempo fue producto de un desempeño impecable de Cerro Porteño, cuyos jugadores dejaron el alma. Pablo Velázquez fue derribado al comienzo del lance y Cecilio Domínguez lo cambió por gol de penal. Cecilio Domínguez igualó la serie con otro gol, esta vez de cabeza. Eran 9 minutos de ensueño, que se agrandó con el tercero de Silvio Torales de mediavuelta.

En el segundo tiempo, Cerro quiso cerrar la serie. Un maldito penal por mano de Alderete terminó en gol de Jonathan Gómez. Faltaban pocos minutos y en el penúltimo suspiro, Cecilio Domínguez sacudió la red por cuarta vez. Para hacer explotar el Defensores. Cerro fue mejor y nunca mereció quedar eliminado. Está donde está para seguir soñando con la Sudamericana.

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