El ingeniero electrónico Federico Gaona es el artífice de las trampas inteligentes que hoy permiten una mayor eficacia en la lucha contra el mal de Chagas y el control del vector que transmite la enfermedad, en nuestro país. Esta solución tecnológica exigió superar numerosos desafíos en el hostil territorio del Chaco paraguayo, que lo llevaron a ser elegido como innovador social.

A sus 30 años, gran parte de las horas del día de Federico transcurren en la Facultad Politécnica de la UNA, donde continúa investigando para seguir aportando mejoras a las trampas inteligentes que con una red de sensores y un cebo que atrae a las vinchucas, ha demostrado que puede ser una alternativa viable para contrarrestar el avance del mal de Chagas en el país y la región.

La historia de este proyecto, se remonta al 2011, cuando un equipo de biólogos del proyecto, propuso una alternativa para la realización del control vectorial que consistió en desarrollar una trampa pegajosa, en la cual se introduce una bolsita de polietileno conteniendo un tipo de feromona que atrae a la vinchuca, con resultados bastante alentadores.

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Posteriormente, en 2012, un equipo de químicos, también miembros del proyecto, elaboró un emisor de feromona que presenta velocidad de liberación lenta, empleando pastillas porosas de caolín (en reemplazo de la bolsita) cuyos resultados fueron exitosos. Esta lenta liberación del cebo atrayente permite que las trampas permanezcan activas por más de 90 días. Sin embargo, las visitas para la revisión de las viviendas debían hacerse cada 6 meses por las distancias y los costos de desplazamiento.

En ese contexto, las chances de detectar la presencia del vector era muy baja y es aquí donde aparece la necesidad de una solución tecnológica, y donde el rol de Federico fue fundamental. "Una detección en tiempo real abarataría los costos del Programa de Control del Chagas. Ahora estamos probando en el Chaco paraguayo las trampas con los sensores instalados, lo que nos permite tener monitoreo de una comunidad. Queremos seguir llegando a más comunidades del Chaco de manera a poder capturar la mayor cantidad de información posible, para poder determinar el patrón de aparición o de movimiento de las vinchucas, en función al clima o época del año, o hacer simulaciones de comportamiento de las vinchucas con el objetivo de erradicar ese vector", comentó Federico.

EI aporte de esta red de sensores fue realmente muy valioso para los investigadores y tiene incluso posibilidades de crecer y evolucionar para solucionar otros problemas. "Previendo y avizorando mejoras al proyecto, debemos mencionar que las vinchucas son muy parecidas, en cuanto a lo que les atrae, a los mosquitos. Podríamos encarar otro tipo de enfermedades que trasmiten los mosquitos, lo cual sería muy importante para nuestro país", indicó el joven.

La enfermedad de Chagas. También conocida como Mal de Chagas-Mazza, esta enfermedad parasitaria tropical, generalmente crónica, es transmitida principalmente por el insecto vector llamado comúnmente vinchuca.

Se considera que la enfermedad es endémica de América, distribuyéndose desde México hasta Sudamérica, con casos identificados en Canadá y EE.UU. Se estima que son infectadas por la enfermedad de Chagas entre 15 a 17 millones de personas cada año, de las cuales mueren unas 50.000. La enfermedad tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres de América Latina.

La etapa aguda infantil se caracteriza por fiebre, trastorno de los ganglios linfáticos, aumento del tamaño de hígado, bazo y, en ocasiones, infección o una inflamación del cerebro con pronóstico grave. En la etapa crónica, a la cual llegan entre el 30% y el 40% de todos los pacientes chagásicos, suele haber cardiomiopatía difusa grave o dilatación patológica del esófago y colon.

La importancia de esta parasitosis radica en su elevada prevalencia, grandes pérdidas económicas por incapacidad laboral, y muerte repentina de personas aparentemente sanas. La zona del Gran Chaco, región que comprende Argentina, Bolivia y Paraguay, registra los mayores niveles históricos de infección humana, de afecciones cardíacas asociadas, de transmisión al neonato y de infestación doméstica por vinchucas.

Los desafíos para emprender este proyecto fueron numerosos. "Esta región del Gran Chaco, con poblaciones rurales dispersas y de limitada accesibilidad, junto con su gran diversidad ambiental, biológica, étnica y cultural representa un reto a la hora del control vectorial del insecto transmisor", explicó el joven innovador.

Otro de los principales desafíos para esta solución tecnológica es el ambiente hostil para dispositivos electrónicos, puesto que en el Chaco, se requiere que puedan resistir a altas temperaturas del ambiente y ocasionales cambios bruscos a heladas, exceso de polvo muy fino, otros insectos y la falta de energía eléctrica constante.

Problema social. Sin duda el proyecto viene a dar solución a un grave problema social que acarrea la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoce como una de las 13 enfermedades tropicales más desatendidas del mundo, y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como una enfermedad de la pobreza, un azote para la humanidad desde la antigüedad. Por ello,sigue siendo un problema relevante social y económico en muchos países de América Latina.

En Paraguay, el Programa Nacional de Control de la Enfermedad de Chagas trabaja activamente para eliminar las vinchucas de las casas y sus alrededores mediante controles químicos con insecticidas, identificando aquellas viviendas reinfestadas por el vector luego de las campañas masivas del rociado químico, sin embargo, la reinfestación es rápida en estas zonas chaqueñas, las búsquedas activas no son frecuentes y los habitantes perciben la presencia de los insectos cuando ya están instalados nuevamente en sus viviendas.

"Para mí el hecho de estar entre los ganadores me llena de satisfacción y de orgullo, le da más realce, interés y apoyo al proyecto que tiene impacto social. Es importante para motivarnos y seguir adelante. De hecho este proyecto, ocupa casi todo mi tiempo, es parte de mi trabajo de tesis de maestría, es mi vida y estoy dedicándome a pleno", acotó Federico.

Desde esta experiencia, este joven ingeniero también tiene un mensaje para los jóvenes que desean incursionar en la innovación: "Tienen que arriesgarse, jugar todas sus cartas, poner a prueba sus ideas, por sobre todo tomarlas con mucha pasión, sin importar los escasos recursos y los inconvenientes, que siempre los hay, pero que hay que superarlos", aseguró.

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