Por Antonio Carmona

La consigna "seamos realistas, exijamos lo imposible" fue acuñada por la llamada generación del 68, por la revuelta desencadenada primero en aquel histórico París en rebeldía, y luego en casi todos los países del mundo, incluso en el Paraguay de la dictadura, y que era como un rebrote del romanticismo; por más poético que suene, aunque hoy nos duela, pedir lo imposible es pedir nada. Y así nos fue.

Como suele suceder en muchos casos, a lo largo de la historia política transcurrida y la que está por venir, algunos de los líderes se instalaron en cargos, formaron movimientos y se integraron a la misma política de siempre con un avance, que no hay que minimizar, la irrupción de jóvenes no integrantes de los partidos tradicionales en la política, de los partidos "verdes" que aportaron un poco de ecologismo y viento fresco al debate parlamentario, principalmente en Europa.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

En cuanto a política, tanto en Europa como en el resto del mundo, un aporte fundamental a las ideas libertarias y al descongelamiento de la guerra fría, poniendo en cuestión a los dos imperialismos.

Hoy escucho declaraciones de los estudiantes universitarios que tienen las ideas claras de establecer la paridad en la conformación de las autoridades universitarias, para no tener un Consejo manejado por la burocracia, que viene prolongándose desde los tiempos remotos del Tiranosaurio.

Hoy escucho declaraciones de estudiantes secundarios en rebeldía, cuando dicen que saben que no es fácil lograr, por razones realistas, que se ejecute ya el 7% del presupuesto para la educación, pero que lo mismo van a insistir en que se logre.

Son realistas y no están peleando por las abstracciones idealistas de la utopía, de lo imposible, de lo perfecto; los unos están peleando por conseguir una conformación que garantice la democracia, en vez de la burocracia y la burrocracia en la universidad, un compromiso que quede para estos jóvenes y para los que vendrán. Y lo están consiguiendo en base a tenacidad a creer que es posible y que hay que lograrlo, en base al realismo.

  • Así que por eso propongo hoy invertir la consigna sesentayochista, a la luz de las protestas justificadas de los estudiantes, escolares, secundarios y universitarios, en nuestro país: seamos idealistas, exijamos lo posible. Hagamos posibles nuestras exigencias.

Los otros, los más jóvenes están peleando por un presupuesto que garantice el 7% , porque haya libros en las escuelas y en los colegios, porque la inversión presupuestada en educación sea en educación y no el despilfarro de escuelas y colegios catástrofe y de gobernadores e intendente nuevos ricos. Y lo están consiguiendo.

El modelo del idealista que pide lo imposible, que sueña con la perfección inalcanzable, como el horizonte, porque siempre está un poco más allá, es románticamente aleccionador, pero poco realista y si queremos cambiar la realidad, a parte de soñar con tiempos mejores, tenemos que trabajar, realistamente, porque estos tiempos sean mejores

El idealista escritor norteamericano Ambrose Bierce, quien se lanzó, decepcionado del periodismo politizado y sectarizado, a la aventura de unirse a la revolución mejicana, donde se perdió su rastro, y su vida, escribió en uno de sus diccionarios malditos: "Si querés que tus sueños se hagan realidad, ¡dejá de soñar!"

Así que por eso propongo hoy invertir la consigna sesentayochista, a la luz de las protestas justificadas de los estudiantes, escolares, secundarios y universitarios, en nuestro país: seamos idealistas, exijamos lo posible. Hagamos posibles nuestras exigencias.

No dejemos de soñar, pero trabajando en la realidad para que esos sueños se materialicen, para que se conviertan en realidades.

Seamos realistas, dejemos de idealizar y convirtamos los sueños en realidad.

Déjanos tus comentarios en Voiz