Por Pedro Gómez Zorrilla

Nacional se agrandó en la última parte de la primera rueda del certamen Clausura y su continuidad en la primera fecha de las revanchas. Desde la llegada de Éver Hugo Almeida como entrenador, que dirigió tres partidos, ganó todos, sumó nueve puntos y le sacó a los tricolores del pozo, estaban con 6 unidades y ahora tienen 15 puntos.

No hay dudas que Almeida es un gran estratega. Sabe como mover sus piezas. Ayer apostó por el juvenil sub 19, Édgar Báez, para acompañar al grandote Cristian Colmán. Pero rápidamente se dio cuenta que había que hacer el cambio, sacó a Báez e ingresó Juan Argüello, y cambió la historia del partido. Éver Hugo puede darle una charla al DT cerrista, Gustavo Florentín, sobre cómo y cuándo deben hacerse las variantes.

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Cristian Colmán, que pasa por un gran momento futbolístico, aprovechó el desconcierto de los defensores capiateños, y de puntín venció al golero, Carlos Servín. Luego pudo aumentar la diferencia en varios ataques, pero la faltó precisión en la puntada final.

Capiatá intentó por todos los medios llegar a la paridad y en varias intervenciones estuvo despierto el arquero, Arnaldo "Pipo" Giménez, para abortar las acciones, y en otras sus defensores abortaron los intentos de peligro. Llamó poderosamente la atención la ausencia de Julio Irrazábal. Recibió todo tipo de ofensas de sus propios directivos luego del encuentro ante Cerro Porteño, porque es un reconocido hincha del Ciclón. Pero no hay dudas que es un jugador demasiado importante en la estructura de Víctor Genes y se notó en este compromiso, que faltó el hombre que maneja este conjunto.

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