"Gracias América del Sur... fueron simplemente Fantástico... saludos Klaus", publicó ayer Scorpions en redes, con la imagen del vocalista a punto de abordar el avión que lo llevaría a Europa. La mítica banda alemana cerró en Paraguay su tercera visita a Sudamérica, con paradas en Brasil, Chile y Argentina... pero Asunción tuvo un clima demasiado especial.

La noche del domingo último se pulseó directamente con el fantasma de esa misma fecha: el 18 de setiembre del 2012, cuando una intensa tormenta había desecho el sueño de rockear con uno de los grupos más legendarios de la historia. Con el público se percibía una comunión inusual, tan parecida a las emociones de aquel combo de Aerosmith y Guns N' Roses, donde se palpitaba que estar allí era formar parte de un clásico.

Tras un día soleado y caluroso, la humedad se iba concentrando cerca de la hora de Scorpions, se arremolinaban relámpagos sobre el Jockey Club, y caían algunas frías gotas de lluvia. Steinkrug completó su media hora de revancha con un repertorio compacto, prolijo y enérgico. Se vendieron pilotines... sin embargo, sorpresivamente energía la luna, en medio del viento.

Bajaron las luces del campo y se dispersó un griterío en preferencias... el imposible se revertía: a las 21:04, "Going Out With a Bang" sumergió a la multitud en la adrenalina, en cien minutos impactantes de puro rock. Flamearon con lo alto los lentos: "Send me an angel", "Wind of change" (la pasarela conectó al máximo); ni siquiera los nuevos temas disminuyeron la intensidad, Matthias Jabs y Rudolf Schenker incendiaban toneladas de distorsiones. Muy inspirado, Klaus Meine saludó "Mba'eichapa" (luego dijo también "rohayhu" y "aguije").

Un pasaje trascendente fue el tributo a Lemmy con "Overkill" de Motörhead, seguido del solo del ex baterista, Mikkey Dee. En el último tramo se encimaron los mayores hits, "Still loving you" y "Rock you like a hurricane". Infinita despedida de Scorpions, como el festejo del gol de una victoria histórica.