El Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) destaca que dentro de la desaceleración de la economía local también se destaca un escenario comercial más competitivo, generado por la exigencia de los consumidores.

El análisis realizado por el economista Diego Duarte Shussmuller indica que en los últimos semestres, muchas empresas de diversos rubros han acusado una disminución en sus niveles de facturaciones y cobranzas como consecuencia de la desaceleración de la actividad económica y la configuración de una coyuntura menos favorable, lo que está propiciando la acumulación de inventarios, la inmovilización de activos, la ralentización del flujo de caja y excesos de capacidad instalada que presionan sobre los márgenes.

Sin embargo, destaca que adicionalmente se evidenciaron importantes inversiones en infraestructura, en el desarrollo de marcas y en la captación y fidelización de clientes, en un escenario comercial más competitivo donde los consumidores demandan agilidad en los servicios y cuentan con altos niveles de acceso a informaciones, lo que es uno de los principales desafíos.

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Cadep resalta que ante esta situación, muchas empresas sienten la necesidad de realizar giros rápidos e importantes en la gestión de sus negocios, lo cual implica enfrentar desafíos. Pero dichos cambios se ven condicionados por factores que muchas veces imposibilitan o restringen la capacidad de maniobras para afrontar situaciones desfavorables, que colocan un techo a las posibilidades de continuar expandiéndose o capitalizar oportunidades.

"Un alto porcentaje de empresas paraguayas son gestionadas entre familiares, lo que a veces dificulta el proceso de toma de decisiones, sobre todo cuando el crecimiento de los negocios, la competencia y las exigencias de los clientes demandan acciones para avanzar hacia esquemas de gobierno corporativo con claras definiciones de roles y rendiciones de cuentas, por ejemplo, entre directorios y gerencias generales", menciona Duarte Shussmuller.

Agrega además que son frecuentes los casos en que miembros de una misma familia son socios en una empresa, comparten espacios en el directorio y, a la vez, cumplen funciones ejecutivas, lo que claramente limita la adecuada disociación de funciones, la división del trabajo, la especialización y el fortalecimiento de la estructura organizacional.

A su criterio, del mismo modo causan inconvenientes en el entorno de control interno cuando, por ejemplo, padres o hermanos exigen resultados o rendiciones de cuentas sobre la marcha de una compañía a otro hijo o hermano. Por lo tanto, es difícil que una empresa familiar con las características citadas, cuente con planes estratégicos y operativos adecuadamente elaborados y que lleve a cabo seguimientos periódicos entre el directorio y la plana gerencial.

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