Los profesionales coinciden en que se trata de uno de los peores maltratos que puede sufrir un niño y que el daño puede ser depor vida. La sociedad clama por penas más duras para los "ladrones de inocencia".
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Recordemos que el Artículo 135 establece solo hasta 3 años de cárcel o multa para un abusador de un menor; disponiendo un aumento cuando existen agravantes y llegando hasta los 10 años cuando el autor haya realizado el coito con la víctima; mientras que el artículo 136 castiga con hasta 10 años de cárcel a quien cometa robo y faena de animal vacuno.
Ante este escenario, y para profundizar en el impacto del abuso en niños, La Nación conversó con el psiquiatra Andrés Arce y las psicólogas Alma Segovia, profesional del Juzgado Penal de la Adolescencia de Lambaré y Karina Pérez, directora del Centro de Atención a Víctimas del Ministerio Público, quienes coincidieron que se trata de "uno de los peores maltratos" y que "el daño puede ser de por vida".
De acuerdo a Arce, el niño víctima de abuso sexual sufre serias alteraciones en el neurodesarrollo, que le puede marcar para toda la vida y desencadenar, por ejemplo, bajo rendimiento escolar; pero, la situación puede empeorar si el menor no es tratado adecuadamente, solo con buena contención puede recuperarse.
Por su parte, las psicólogas señalaron que un menor víctima de abuso también puede sufrir acoso físico y psicológico y como consecuencia volverse violento; no obstante, coincidieron en que el apoyo familiar es la base para que el niño pueda salir adelante y seguir con su vida.
Afecta el neurodesarrollo
El psiquiatra explicó que tras realizar estudios en niños abusados se comprobó que la hormona que se produce en el cerebro, que se denomina factor neurocerebral, "se encuentra seriamente disminuida en las víctimas de abuso infantil, afectando la concentración de los mismos", y que se observa "un aumento del cortisol, que es una hormona que se produce en situaciones de estrés".
Para graficar aún más el impacto del abuso en niños, Arce sostuvo que un menor, incluso siendo testigo y no víctima directa de abuso o maltrato, sufre las mismas consecuencias y queda marcado de por vida.
Arce añadió que el rendimiento escolar de un niño abusado generalmente disminuye y que este aspecto no podrá superarse si la víctima no es tratada en tiempo y forma, dicho esto, podría tomarse el descenso brusco en el rendimiento académico de un niño como un signo de alarma tanto para los padres como para los profesores.
La psicóloga forense del Poder Judicial recalcó que el abuso sexual a un menor deja secuelas y trastornos, como por ejemplo, dificultad para relacionarse con personas.
Segovia hizo hincapié en que las consecuencias pueden ser peores si la víctima no es asistida y que en casos en los que se actuó rápida y adecuadamente las niños pudieron sobrellevar mejor el sufrimiento. "El menor asistido tal vez pueda sobrellevar mejor el problema que le toco vivir en cambio el que no fue asistido pueda desarrollar mayor problema durante su crecimiento", sentenció.
Según la profesional, el apoyo de los familiares y principalmente de la madre es fundamental para la víctima de abuso sexual, así como "evitar la revictimización". Segovia explicó que generalmente el menor debe repetir lo que le pasó en la comisaría, luego en la Fiscalía y por último en la cámara gessel, encontrándose en algunos casos con preguntas morbosas y poco prudentes, por lo que este "trajín y exposición" debería evitarse.
El menor que fue víctima de abuso sexual también podría sufrir bullying, situación que generaría otro tipo de problemas, por ejemplo, en su conducta, en su rendimiento escolar. "El menor puede bloquearse emocionalmente y volverse depresivo y por tanto, cerrarse a cualquier tipo de aprendizaje o contacto en la escuela", agregó.
La situación puede ser más grave si los autores del abuso son los padres o tíos del niño, ya que habitualmente las víctimas se sienten culpables del hecho y prefieren callar. No obstante, cualquiera sea el caso, el apoyo que reciba el niño es determinante. "El abuso es una fractura emocional para toda la vida", concluyó Segovia.
La contención maternal
Para la directora del Centro de Atención a Víctimas del Ministerio Público el apoyo de la madre y en ausencia de la misma de la abuela materna o paterna es significativo para un menor abusado. "Si la mamá no le apoya al niño cambia totalmente y las consecuencias del abuso podrían ser más graves", subrayó Pérez.
Seguidamente, agregó que si se habla de "abuso sexual con violencia o amenaza, y de larga duración, marca un daño de por vida" y que "el tratamiento psicológico sirve para sobrellevar la situación, de manera que la persona siga adelante con su vida".
Otro punto importante señalado por Pérez es que a veces se pone en duda la denuncia de la víctima, situación que podría generar trastornos más severos en el menor. "El hecho de que no se le crea a la víctima podría generar trastornos de ansiedad, depresión", subrayó y explicó que "el menor abusado, más adelante, podría practicar lo mismo que sufrió con otros niños".
Las consecuencias del abuso sexual infantil están a la vista, explicadas y argumentadas por profesionales, ratificando así la necesidad de elevar las penas para los abusadores.