Incansable luchador para encontrar a desaparecidos en la dictadura de Stroessner, destaca reconocimiento de restos de al menos dos de ellos.
Jorge Cohler
Periodista
jcohler@lanacion.com.py
El Coordinador del Equipo Nacional de Búsqueda e Identificación de Desaparecidos de la Dictadura, dependiente del Ministerio de Justicia, Rogelio Goiburú, indicó que la identificación de los dos de los desaparecidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner da esperanzas a todas las personas que perdieron a sus seres queridos y que siguen sin saber dónde fueron a parar sus cuerpos. Destacó que este es el primer gran logro. Lamenta que hasta ahora, torturadores de aquella época sigan libres.
–¿Por qué se habla de un hecho histórico, lo de la identificación de los desaparecidos?
–Es la conclusión de un largo y dificultoso trabajo de familiares y víctimas y nosotros como ministerio de la memoria y ahora está dando sus frutos. Mientras estos 34 esqueletos que habíamos recuperado se mantenían sin identificación, todavía no teníamos la certeza de si eran o no víctimas de la dictadura, porque podrían argumentar que eran cadáveres de personas indigentes, cuyos familiares nunca reclamaron. Sin embargo, ahora que ya sabemos la identidad de por lo menos dos de ellos cambia la historia o por lo menos se inicia una nueva época en nuestro país, porque no es lo mismos tener un esqueleto sin identificación que con nombre y apellido, con más razón aun si esta identificación es en base a personas que fueron víctimas.
–¿Cuál fue la parte más difícil del proceso?
–Es muy difícil encontrar los cuerpos, porque la metodología represiva lo que perseguía era hacer desaparecer para siempre los cuerpos de los compatriotas para que nunca más se supiese nada de ellos, ni se hablase y a pesar de ese silencio que rodeó estos crímenes hemos logrado recuperarlo.
–¿Quiénes eran en esa época los identificados?
–En un caso, el de Rafaela Filipassi, víctima del Plan Cóndor del cual tanto se habló y el otro nada más y nada menos que el secretario general del Partido Comunista Paraguayo, que estuvo proscrito y perseguido durante los 35 años de terrorismo de Estado. No eran cualquier persona las que identificamos, eran perseguidos políticos, líderes en sus respectivas organizaciones, con más razón el de Miguel Ángel Soler y pretendieron que asesinándolo y ocultando su cadáver cerrar la posibilidad de que en Paraguay tenga cada día mejores organizaciones, que tengan militantes que influyan sobre los demás ciudadanos para organizarse y luchar todos juntos.
–¿Cuáles son los detalles de los casos?
–A Miguel Ángel Soler lo secuestraron de su casa en Barrio Herrera un día 30 de noviembre del 1975 y nunca más se supo de él y ahora sabemos dónde estuvo enterrado durante todo esos años, desde el 75 hasta el año 2010 cuando le exhumamos. En caso de Rafaela Filipasi se sabe que la secuestraron en un hotel de Montevideo, Uruguay y aparece en Paraguay, enterrada en la Agrupación Especializada de donde la exhumamos el día 21 de marzo del 2013.
–¿Qué puede venir a partir de estas identificaciones?
–Celebramos con gran alegría y con una gran esperanza porque le estamos dando a la justicia paraguaya los elementos que son necesarios para que haga su trabajo, que es investigar en profundidad y esclarecer los casos, porque la pregunta que todos nos hacemos es quiénes los secuestraron, para qué los secuestraron, porqué los secuestraron, cómo los trajeron al Paraguay, cómo fueron a parar a la Agrupación Especializada, qué objetivos perseguían y quiénes fueron los que hicieron este daño inconmensurable a las familias de la sociedad paraguaya. Con esto estamos saldando un deuda con la humanidad, con nuestro país y el Estado Paraguayo que por 35 años violó los derechos de estas personas y cometió estos crímenes aberrantes tiene la responsabilidad de colaborar y realizar esto que es el primer acto de reparación.
–¿Qué se puede obtener con la investigación del Ministerio Público?
–Hay muchos torturadores de aquella época que aun están caminando por la calle, a quienes la justicia jamás los llamó o procesó. A partir de ahora, se abre una nueva etapa. No es posible que un ciudadano común que se va a trabajar y manda a sus hijos a la escuela, esté compartiendo el espacio con un torturador que había cometido crímenes de lesa humanidad.
–¿Cuántos son los esqueletos hallados que aún faltan ser identificados?
–34 fueron los esqueletos que hemos recuperado de los cuales 27 están siendo objeto de estudio por parte de los antropólogos, de los cuales aun nos falta por enviar material genético de 5 porque todavía necesitamos ir a profundizar y ampliar la excavación en Paso de Patria. Hay sospechas, sobre todo de las autoridades judiciales argentinas, que podrían corresponder a líderes de las ligas agrarias de la Argentina que fueron traídos a nuestro territorio y enterrados en fosas clandestinas cerca del río Paraná.
–¿Dónde están siendo analizados los restos?
–Los esqueletos están siendo objeto de estudios en el laboratorio del equipo argentino de antropología forense en Córdoba. Esperamos que en los próximos días, semanas y meses seguir teniendo información al respecto y tener nuevas identificaciones. Nosotros, a través del ministerio de Justicia hemos hecho un convenio marco con Instituto de Ciencia Penal y Social del Paraguay, quienes son los encargados de administrar los recursos del ministerio de Justicia para contratar al equipo argentino de antropología forense y hacer los trabajos de identificación.