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La coalición que lleva adelante la eterna lucha de Florida contra los mosquitos es a la vez imponente y ecléctica. Helicópteros y flotas de camiones se utilizan para acabar con larvas y matar insectos en el aire. Trampas cebadas con hielo seco ayudan en el monitoreo de esta batalla.
Incluso hay "armas" vivientes. Bandadas de pollos centinelas que serán picadas por mosquitos son mantenidas en lugares estratégicos. Luego están los peces mosquito, parientes de ojos saltones de los peces olomina que se colocan en acuarios y fuentes.
Tropical, pero acaudalada, Florida es el "rey de la colina", el indiscutido líder en el mundo en el control de mosquitos, dice Ron Montgomery, veterano jefe cazador de mosquitos del Condado de Hillsborough.
Su equipo de exterminadores y aquellos situados en la Bahía de Tampa, en el condado de Pinellas, están en una nueva línea en el frente de batalla contra el aedes aegypti, una de las especies que transmite el virus de Zika.
La transmisión local –cuando los pacientes contraen el virus en los EEUU, en lugar de traerlo a casa con ellos– en su mayoría se ha limitado al distrito artístico de Wynwood, Miami, y al antro de perdición de de Miami Beach. Pero uno de los 46 casos de este tipo en Florida (hasta ahora) se encontró en Pinellas, en una mujer que dijo haber trabajado en Hillsborough.
"Nuestro trabajo es matar mosquitos", señaló Montgomery en su cuartel general parecido a un búnker, en las afueras de Tampa. "Y lo tomamos muy en serio", añadió.
Naturalmente, los políticos son la cara visible de esta contrainsurgencia. Los mosquitos y la política siempre han estado entrelazados en los condados de Florida, donde algunos jefes de policía distritales –los famosos comisarios– son elegidos por su compromiso en la eliminación de mosquitos, pero este año, el Zika y los insectos que lo transmiten han infectado a las carreras políticas en todo el espectro de la votación.
En medio de una epidemia hiperactiva de búsqueda de logros y culpas partidarias, todo el mundo critica al Congreso por no haber aprobado financiación de emergencia antes de su receso de verano (boreal). (El director de los Centros para el Control de Enfermedades dijo esta semana que el dinero disponible casi se agotó).
Los demócratas atacan a Rick Scott, gobernador republicano de Florida, por recortes presupuestarios estatales anteriores. Patrick Murphy, vencedor en la primaria para el Senado ocurrida el 30 de agosto último, arremete contra Marco Rubio, su oponente republicano confirmado en noviembre. Algunos políticos del área de Tampa están haciendo campaña para la liberación de mosquitos genéticamente modificados, programados para un ensayo en los arrecifes, lo que podría reducir la propagación del Zika.
Al igual que en una guerra real, sin embargo, la tribuna política es algo secundario. Los combatientes reales son los operativos de control de mosquitos, cuyas herramientas incluyen sus propios cuerpos.
Como lo manifiesta Rob Krueger, de los escuadrones de Pinellas, una forma de vigilancia requiere estar parado en un lugar lleno de mosquitos y ver cuántos de estos insectos se posan en él en un minuto. "Terminas con una gran cantidad de picaduras de mosquitos", comenta, mientras su jefe, Jason Stuck, trae los huevos de un batallón de reserva de pollos centinelas.
El virus del Nilo Occidental causa la encefalitis equina oriental: otras enfermedades son causadas por numerosas especies de mosquitos de Florida, pero el Zika es el foco de la ansiedad debido a su impacto en el turismo, además de la microcefalia que puede causar en los bebés. Incluso, advertencias parciales de viaje para las personas afectadas por las picaduras de mosquitos están en vigor.
Y, por desgracia, el aedes aegypti es un objetivo difícil. Es cierto que no puede volar muy lejos, lo que significa que una vez que un grupo sospechoso se encuentra, puede ser aislado, desde el punto de vista de su movilidad, dice Krueger. "La gente es el problema", sobre todo porque el Zika es a menudo asintomático. Pero el mosquito vive en lugares densamente poblados, depositando sus resistentes huevos en pequeñas masas de agua tales como macetas, bebederos para pájaros o filtros de piscinas: "Dispara a ese criadero", ordena Krueger, "casi siempre hay mosquitos aegyptae". Y desde que los mosquitos prefieren la gente a los pollos, estas aves no sirven de nada. Para el Zika, "nuestro sistema centinela es básicamente el ser humano". Esas prácticas tienen por consecuencia que la fumigación desde el aire o desde camiones, no es suficiente.
Esta lucha, dice, mientras un helicóptero regresa de una misión sobre los pantanos, requiere "botas en el terreno". Él y sus colegas deben ir de "puerta en puerta" con atomizadores en mano en una versión pesticida de la guerra urbana. "Es como un juego del gato y el ratón", evalúa. El verano es siempre atareado, pero el Zika hizo que éste fuese frenético. El equipo de Pinellas recientemente recibió en un día, tantas llamadas como las que recibiría en un mes. Los grupos están trabajando en turnos de 14 horas para mantener todo bajo control.
En una llamada a una comunidad de retiro en Clearwater, Krueger extrajo y examinó el agua de pantanos y lagunas que habían preocupado a un gerente.
Recogió una tranquilizadora araña de agua en el pantano, de una especie que se alimenta de larvas de mosquitos, pero pacientemente explicó que la preocupación real está en los recipientes más pequeños, como las grietas en las macetas de bromelias, que normalmente solo necesitan ser vaciadas.
Se identificó y eliminó aegyptae en seis lugares en medio de palmeras y musgo. "¿No tiene miedo de ser mordidos por vector del Zika?". preguntó el gerente, reconociendo que "hay una buena dosis de pánico sobre el Zika". Cada trabajo tiene sus riesgos, replicó Krueger.
Sus colegas en la sección de control de la vegetación suelen meterse a veces en los canales infestados de cocodrilos para limpiar las obstrucciones que convierten al agua en un lugar "adecuado" para los mosquitos.
Este tipo de reconocimiento es raro para los exterminadores de mosquitos busters de Florida. Como bromea Stuck, si el aire acondicionado se perdiera y los mosquitos se multiplicasen, los millones de estadounidenses que se mudaron a Florida huirían en estampida hacia el norte.
Con el Zika, al menos, Krueger siente que está "ayudando con algo importante" que está ocurriendo. "Es casi atractivo", observa, mientras se prepara para recoger una muestra de agua en otro baño al estilo de los pájaros.