ÓSCAR GAVILÁN
Cuando parecía que Sol iba a iluminar la oscura noche zeballense, con un bombazo de Miño en la etapa inicial, en la complementaria el elenco Matarife resurgió como el ave fénix.
Con el ingreso del ecuatoriano Orlen Quintero otra fue la historia, con velocidad, picardía y agresividad en ofensiva se sumó al espíritu guerrero y alma de goleador de Osmar Leguizamón, quien a los 72 minutos quitó ventajas de su marcador, tras un oportuno cruce del velocista ecuatoriano, quien con fortaleza y habilidad ganó el fondo para ceder el balón al artillero y establecer la justa paridad ante los danzarines.
Pero, la perseverancia y la fogosidad en el ataque tuvieron su premio, en una jugada similar, otra vez por carril derecho, un quemante esférico pegó en forma accidental por la mano de Miño, quien se convirtió de héroe a villano.
El goleador Leguizamón (cinco tantos en el Clausura) sacudió la red del buen portero Silva, para desnivelar el marcador y seguir soñando con la permanencia en la división privilegiada la próxima temporada.
Los danzarines murieron de sed a orillas del río, no pudieron mantener la ventaja mínima, y al final retornaron con el sabor amargo de la derrota y que los aleja de la punta del certamen.