Un gallo canta insistentemente mientras el equipo periodístico recoge testimonios de familiares, amigos, vecinos y camaradas del malogrado soldado que, hacía solo tres meses había ido al Norte para sumarse a la lucha contra el EPP. Un llamado de los superiores para integrar la FTC, sumado a la necesidad de ganar más para cubrir algunas deudas y asegurar el sustento económico de sus padres, así como su pareja y la pequeña hija de ambos, de solo dos años, hizo que Genaro dejara la base de la Quinta División de Infantería, en el Chaco, para trasladarse a Concepción.

Vestido con su uniforme "para para´i", con el que cumplía diariamente sus obligaciones como militar, así es velado Genaro en la humilde vivienda de sus padres. Decenas de personas llegan para tratar de consolar a su madre, padre y hermanos. Era el menor de los 10 hijos de don César Agustín Arias, quien hoy lamenta sin consuelo el desamparo en el que quedan la viuda y la hija pequeña del hijo, que además era sustento de sus padres.

En la humilde casa de sus padres, el Sgto. Genaro Arias recibió el adiós de mucha gente.

Liz Díaz, la viuda, relató que su marido siempre le comentaba las tareas que cumplía en el Norte. "Me pedía siempre que rece por él, que era peligroso, pero que él como militar aguantaba todo. Me contó una vez que llegaron a percibir que los del EPP estaban cerca cuando ellos estaban haciendo su recorrido", señaló con visible tristeza. La última vez que habló con el fue el viernes a la tarde.

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Precisamente este mes, Liz comenzó a trabajar, pero aún no percibe siquiera un salario. Acongojada, clama por una indemnización para ella y su pequeña hija, quienes quedan "prácticamente desamparadas, porque él era el sostén económico". "No sé que va a ser de nosotras. Será difícil criar sola a mi hija, contarle cuando sea más grande cómo murió su papá", hila apenas las palabras entre los sollozos. "No se qué más decir, es un momento muy difícil para mí, para su familia. ¿Quién nos va a devolver a Genaro?", agrega.

En tanto, a sus 75 años, don César Arias enfrenta el inconmensurable dolor de perder a un hijo. "Es muy difícil cambiar las cosas en nuestro país. A cuánta gente ya se le mató así y nunca se sabe quiénes son, no se les agarra. ¿A quién vamos a ir a pedirle justicia?", agrega.

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