Desde su papel en la ficción televisiva GvsB, esta actriz -con formación en Roma, Nueva York y Asunción- no paró. Hoy, mientras se prepara para el estreno de La jaula de las locas, lleva adelante Más Público, una organización que busca dar mayor visibilidad al teatro local.

Por: Micaela Cattáneo

"Cuando Tana (Schémbori) me llamó, fui la persona más feliz de este planeta; yo pensaba que después de eso ya le iba a conocer a Enrique Iglesias", recuerda entre risas sobre su interpretación en González vs Bonetti, la primera serie televisiva de Maneglia-Schémbori. En ese momento Antonella tenía 18 años, y en un principio sólo iba a aparecer en algunos capítulos como Valentina, la mejor amiga de la protagonista (Paola Maltese); pero finalmente, su estadía se extendió tanto como duró la temporada al aire.

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La serie se emitió en el 2005 y marcó el comienzo de varias carreras que, como la de esta actriz quien recientemente cumplió 30, seguirían desarrollándose tanto en la pantalla como fuera de ella, la mayoría de las veces. "Unos meses antes de cumplir 18 me aceptaron en El Estudio. Antes de eso, a los 15 años, tuve la oportunidad de tomar mi primer taller con Agustín Núñez", recuerda sobre sus inicios, alegando que él iba a ser la persona que le haría amar o desistir para siempre de la actuación. Y claro está cuál fue ese desenlace.

Su historia de amor con la actuación se vuelve todavía más rosa cuando unos meses después en sus manos se dejaban ver los pasajes que la llevarían a una nueva aventura actoral, esta vez, lejos de su país, en la capital de Italia. Durante 24 meses escribió su formación en la ACT Multimedia, Academia de Cine y Televisión de Roma, que alberga los estudios de la icónica Cinecittà, donde se filmaron películas como Cleopatra o La pasión de Cristo.

"Lo mágico de este lugar era que todos los días podía caminar por una callecita que terminaba con el armado del puente de Brooklyn; era como empezar a soñar", rememora la artista de ascendencia italiana, quien desde temprana edad estudió el idioma, sabiendo que en algún momento de su vida iría a la ciudad que inspiró a Fellini.

Luego de unos minutos, interrumpe y agrega: "El ochenta por ciento de lo que yo sé de actuación se lo debo a la profesora que tuve en este campus. Con ella pude entender cómo se construye un personaje, o mejor dicho, la manera ideal de trabajarlo". Pero decidió buscar otro contexto, otro ambiente, porque si bien la maestra había cambiado la mirada que tenía sobre la actuación, la escuela no estaba cumpliendo con todas sus expectativas.Foto: Chiara Chiriani

Y como cuando en una clase de historia te muestran la ruta de una expedición, imaginamos el salto de su carrera al siguiente destino, que ella misma lo relata: "Nueva York, en Lee Strasberg. Durante dos años y medio esta institución complementó los conocimientos que tenía, pero no superaron a la experiencia que había tenido en Italia".

"A nadie le interesa ver una escena en donde no pasa nada. La actuación es eso, deben pasar cosas", comenta. Y a su regreso, sí que pasaron; sin embargo, no muy ligadas a la actuación. "Justo cuando llegué habían terminado todas las series de producción paraguaya y estaba como desorientada, no sabía por dónde empezar", relata. Hasta que tomó una decisión definitiva: "A la par que continuaba mi formación en El Estudio, abrí un spa de manos y pies, que lo cerré a los cuatro años, porque sentía que no podía hacer bien ni lo uno ni lo otro. Debía poner mis fichas en algo, y las puse en la actuación".

Bajo la taza del café

¿Conocen a alguien que no guste del café? Bueno, yo no conocía, hasta que entevisté a Antonella. Curiosamente, este es el nombre de su productora, que por cierto, fue el proyecto por el que apostó luego del spa, tratando de encontrar su lugar en las tablas. Sucede que "la taza de café" es el primer ejercicio sensorial de Strasberg y el que se supone es el más fácil, pero el que más le costó a ella porque no tomaba café y no le gustaba desayunar. "El sentido de esta práctica es que puedas reproducir sensorialmente algo que es de todos los días, y yo no podía", comenta.

Con el tiempo eso le dio hambre; pero de crear, producir y, sobre todo, actuar. "Había obras de las cuales me había enamorado allá, siendo estudiante, por eso hice Delivery, nuestra versión de Pizza man", manifiesta, recordando a los actores que la acompañaron en en esta puesta (Lory Anderson y Pope Spinzi, en la primera temporada; Jazmín Romero y Carlos Ortellado, en la siguiente) y en las otras que surgieron desde su productora, como La plata me quema o Ana Capelli.

Más actores, más público

"El teatro creció mucho, hoy tenés cinco a seis obras para ver en un fin de semana. Lastimosamente, no crece de manera proporcional con el público; es decir, hay más actores, pero con la misma cantidad de público de hace diez años", indica sobre la problemática que constantemente se planteaban con otras tres actrices (Pili Ortiz, Jazmín Romero y Karina Schaerer), y a quienes se les ocurrió una posible solución.

Así nace Más Público, una organización que busca difundir tanto la cartelera teatral de Asunción como dejar un registro de la labor que emprenden los actores y los trabajadores del teatro nacional en una obra. "La gente no sabe cuándo hay una obra de teatro y la idea es poder acercar al espectador esa información para evitar que más salas estén vacías", añade.

¿Su próxima obra? La jaula de las locas, que se presentará durante todos los fines de semana de setiembre y octubre en la Alianza Francesa. Allí, comparte elenco con figuras como Alicia Guerra, Jorge Ramos y Jesús Pérez, bajo la dirección de Santiago Palumbo. Y por supuesto, lo de "queremos salas llenas", no excluye en absoluto a esta comedia del francés Jean Poiret. "La idea es que se maten de la risa, pero que vayan a su casa y se queden pensando en la propuesta", reflexiona.

Antonella es intensa, expresiva a más no poder, por eso no puede bajar los brazos. Sabe que hay una sola vida y no quiere desperdiciarla haciendo algo que no le apasiona: "Esto va a sonar súper Chiquititas, pero con la actuación le das a la gente una oportunidad de soñar, un respiro". Palabras de una actriz a quien todos los caminos la condujeron hacia el arte.

Etiquetas: #Cine

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