MARTÍN VILLAGRA

Cerro Porteño fue un monólogo anoche. Un pálido Real Potosí de Bolivia no existió como rival y resistió 13 minutos hasta que se rompió el cero e hizo un papelón en Asunción. Fue una soberana goleada por seis a cero, incluso el resultado quedó corto. Tranquilamente la diferencia pudo ser de diez goles a cero.

El primer tiempo se acabó cuatro a cero. La fiesta azulgrana fue completa en el Defensores. Victoria por amplia diferencia, sin objeción y un festival de goles de todos los colores. El objetivo trazado se superó ampliamente. Se tenía que hacer buena diferencia en casa para pelear la clasificación en la revancha.

En la temible altura de Potosí, cuidad ubicada a 3.900 metros sobre el nivel del mar. Con lo sucedido ayer, además de ser la mejor noche de alegría de Cerro Porteño este año, se revisaron las estadísticas.

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Había que buscar mucho para encontrarse con una paliza parecida. Solo una catástrofe futbolística podrá evitar que el Ciclón paraguayo no obtenga su clasificación a los octavos de final de la Copa Sudamericana, instancia donde el siguiente rival será el colombiano Independiente Santa Fe, vigente campeón.

Actuación sobresaliente de todo el equipo, pero espacialmente de Guillermo Beltrán, quien convirtió tres veces, al igual que Rodrigo Rojas, señor jugador, que se encargó de dos conquistas. El uruguayo Álvaro Pereira también aportó con un tanto. Para asegurar la serie a falta de 90 minutos.

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