Jorge Zárate
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La iniciativa de dotar de prótesis económicas a niños y adultos que perdieron una mano o el antebrazo en accidentes, ya sea laborales, domésticos o de tránsito, va venciendo obstáculos gracias a su originalidad y al esfuerzo de los emprendedores que la apuntalan.
Fernando Vallese, Mateo Acosta y Eric Dijkhuis, un ingeniero electrónico, un especialista en impresión 3D y un estudiante de medicina, lideran este emprendimiento que da trabajo a 17 personas y según aseguran "es único en el mundo".
Mateo cuenta que un 90% de las piezas de las prótesis mecánicas se hacen en la impresora 3D y que lo demás son tornillos, hilos especiales, velcros, que ayudan a fabricar las prótesis que ya usan unas 70 personas en todo el Paraguay.
"Una prótesis tradicional puede costar entre G. 3.000.000 a G. 4.000.000 guaraníes y nosotros estamos entregándolas por valor de G. 800 mil a los usuarios, aunque el costo es superior. Lo cubrimos buscando financiamiento como ONG que somos, el aporte de empresas y de financistas individuales que apuesten a la causa", explica Vallese.
Dijkhuis cuenta que también están probando un prototipo electromecánico que ya está dando sus primeros resultados y buscan pasar el modelo de negocios a Argentina y Brasil a través de franquicias.
"Hay un chico que lo está probando en el Chaco, pero mucho no lo puede sacar al exterior por el polvo y otras cuestiones, así que está haciendo algunas pruebas interiores y está funcionando bien", cuenta.
Las posibilidades de la electrónica son múltiples porque ese brazo electromecánico podría ayudar a los usuarios a manipular una computadora y otros dispositivos electrónicos, por lo que el desarrollo puede crecer mucho en los próximo tiempos, se entusiasman los responsables de Po Paraguay.
Valen los ejemplos de Lalis, una chica que se hizo una prótesis color cebra y que gracias a ella puede tocar la guitarra y sujetar su pollera para el baile típico paraguayo o el de Elías Benítez, que gracias a un dispositivo especial puede tocar la guitarra, como prueba de la eficiencia de estos dispositivos.
Productos de una idea que surgió cuando Vallese y Dijkhuis encontraron un video de un voluntario estadounidense que fabricó una prótesis para ayudar a un niño que perdió ambas manos con las minas antipersonales en Sudán. "Pensamos que se podía mejorar el modelo y asistir a la gente con esto haciendo impresiones en 3D y por suerte ¡lo logramos!", concluyeron.