París, Francia | AFP |
A medida que el juego Pokémon Go gana terreno a nivel mundial, un número creciente de lugares públicos e inclusive países, como Irán, rechazan ser una zona de caza de estas criaturas, pero ¿es posible instaurar zonas de exclusión?
¿Quién rechaza a los pokémones? Pueden ser Estados, municipalidades, monumentos históricos, memoriales y propietarios privados.
Entre los lugares históricos figuran el campo de exterminio de Auschwitz, el memorial de la Shoah en Berlín, el memorial de Hiroshima o el osario de Douaumont (batalla de Verdún). Todos ellos se quejaron de la llegada de cazadores de pokémones, no siempre respetuosos de cada lugar y de su historia.
Algunos Estados no dudan en prohibir el juego en su territorio. Este el caso de Irán que, a través de su Alto consejo del ciberespacio, vetó al juego alegando que la geolocalización que los jugadores necesitan para cazar podría ser utilizada para practicar espionaje.
En Arabia Saudita, el Comité permanente de investigaciones científicas y de emisión de Fatuas volvió a publicar un decreto del 2001 y aconsejó la prohibición del juego Pokémon Go, asimilado a los juegos con el dinero, prohibidos en el islam.
En general, son los comercios, las empresas y los particulares los que desean dejar de ser importunados por estos cazadores que entran en sus locales sin autorización, en busca de sus pequeños monstruos virtuales.
¿CÓMO SE ELIGEN LOS POKÉSTOP Y LAS ARENAS?
Los pokéstops permiten a los jugadores dotarse de diversos accesorios para atrapar y cuidar a sus pokémones. Las arenas en cambio son lugares de encuentro donde los jugadores pueden hacer que sus animales virtuales se enfrenten. En ambos casos, es la empresa estadounidense Niantic, que creó la aplicación, la que escoge su ubicación.
Niantic, con base en California, utilizó para ello los datos de una aplicación anterior, también desarrollada por ellos, llamada Ingress, en la que los participantes iban a la caza del tesoro en varias ciudades. Al principio, la empresa integró lugares señalados de cada localidad, antes de ir agregando las sugerencias de los adeptos.