Hoy vence el plazo para que Venezuela se ajuste a las normas y requisitos dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur) establecidos en el Protocolo de Adhesión. El ingreso venezolano fue aprobado por los presidentes Dilma Rousseff, de Brasil; Cristina Fernández, de Argentina, y José "Pepe" Mujica, de Uruguay, el 12 de agosto del 2012. En aquella ocasión fue establecido el período de cuatro años para que Venezuela cumpla con todos los requisitos.
Las normativas que aún no fueron cumplidas por Venezuela son el "Compromiso con la promoción y protección de los derechos humanos", uno de los principales puntos cuestionados del gobierno de Nicolás Maduro, y el "Acuerdo de Residencia del Mercosur".
A partir de ahora, la tarea de los Estados partes será analizar cuál es la situación del país caribeño como miembro del grupo, atendiendo a que no cumple con lo establecido en el momento de su ingreso al bloque regional.
Una vez cumplido el plazo y no cumplir con el compromiso, se analiza aplicar bajar de categoría a Venezuela y podría quedar como miembro asociado. Este fue el planteamiento discutido entre los presidentes de Argentina, Mauricio Macri; de Brasil, Michel Temer, y de Paraguay, Horacio Cartes, en un breve encuentro en Brasil durante la inauguración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro.
Bajar de categoría también implicaría evitar que Venezuela asuma la presidencia pro tempore del Mercosur, pese a que ya se ha autoproclamado en el mando el 29 de julio. Venezuela insiste en que la presidencia le pertenece al país de derecho; sin embargo, los demás países miembros Paraguay, Brasil y Argentina no reconocen esa autoproclamación.
Uruguay es el único miembro del bloque que se mantiene en la postura de que se cumpla con el artículo 5 del Protocolo de Ouro Preto, que establece que la presidencia pro tempore debe ser entregada cada seis meses a uno de los países miembros, en orden alfabético. Uruguay entregó el mando el 29 de julio, alegando el respeto a las normas del bloque.