En un momento en que Perú libra una batalla contra el feminicidio, las declaraciones lanzadas por el ultraconservador cardenal Juan Luis Cipriani insinuando que la mujer es víctima de abusos por su propia culpa provocaron la ira de las peruanas.
Conocido por sus posiciones políticas de derecha, Cipriani dijo en su programa radial Diálogos para la Fe que si hay abusos se debe "muchas veces, a que la mujer se pone como en un escaparate, provocando".
"En un país que ocupa el tercer lugar en el ranking mundial de violaciones sexuales, una declaración de esta naturaleza no merece solo mi rechazo como mujer sino también como ministra (...) Aquella declaración invisibiliza y quita de toda responsabilidad al agresor", le respondió la ministra de la Mujer, Ana María Romero.
La segunda vicepresidenta del flamante gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, Mercedes Aráoz, le espetó: "Yo puedo usar una minifalda y nadie tiene derecho a tocarme. Una mujer puede dedicarse a la prostitución y no quiere ser violada, no puede ser violada. Nadie tiene derecho a afectar nuestra dignidad y no la provocamos las mujeres".
En las redes sociales, los comentarios de Cipriani desataron la indignación, con mujeres y hombres exigiendo su renuncia.