Alberdi sueña con cambiar su histórico aislamiento con la construcción de una costanera. Tras la inundación, el proyecto costero busca aprovechar el potencial de esta ciudad olvidada.

ALDO BENÍTEZ

Periodista

aldobenitez@lanacion.com.py

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De la tragedia a la esperanza. Las varias semanas que Alberdi (departamento de Ñeembucú) estuvo rodeada de agua y con el peligro latente del derrumbe del muro de contención que soportaba la fuerza de las aguas del río Paraguay –pero que llegó a filtrar en algún momento– hicieron que los pobladores tengan mucho miedo de perder aquella tierra que los vio nacer.

Ese miedo sirvió igualmente para movilizar a las autoridades locales que, tras conseguir en primer punto asegurar el muro de contención, empezaron a trabajar en otros aspectos que busca conseguir un proyecto más amplio; convertir la ciudad de Artigas y pasar de un simple punto fronterizo a una ciudad con capacidad de atracción turística, comercial y recaudatoria. Pero para eso, falta demasiado trabajo.

De eso es consciente el actual intendente de Alberdi, Federico Centurión Acosta, de 31 años (ANR), que pintó un panorama desolador con respecto a la situación municipal.

La institución, en plena época en que se requiere de trabajos para recuperar caminos o ayudar a las personas a movilizarse, no cuenta con ningún tractor y el único camión que recibió de la anterior administración está prácticamente inutilizado.

El único camión de la Municipalidad local no funciona.

"Acá prácticamente no se trabajaba como Municipalidad de una ciudad, sino como un pueblito. Nosotros por ejemplo no tenemos legislación para cobrar impuesto a los camiones, a los trabajadores que están en la zona de frontera. Recién ahora estamos trabajando en todo eso. Encontramos una ciudad que desde la propia gestión municipal estaba olvidada", reflexiona, sin pelos en la lengua, el joven intendente alberdeño.

La "ruta" cerca de la entrada a Alberdi. Un camión quedó trancado y obligó a los demás a desviar.

Una ciudad olvidada

Mirar desde Alberdi lo imponente que se muestra Formosa, con su capital provincial, sus edificios y su costanera, a solo unos pocos metros cruzando el río Paraguay, y compararlo con lo que se tiene del lado paraguayo es desolador.

Alberdi, apellido ilustre para la historia paraguaya, sin embargo se presenta pobre y olvidada, a pesar del enorme potencial comercial que puede generar con dicha ciudad argentina, que tiene una población de 300 mil personas, convertidos en potenciales clientes o turistas, de acuerdo a la coyuntura y a lo que se les puede ofrecer desde Alberdi.

Esta es una de la zona de ingreso a Alberdi para los que vienen de Argentina.

Uno de los motivos de este inentendible aislamiento de Alberdi –de unos 12.000 habitantes y que está apenas a 130 kilómetros de Asunción– es, según los pobladores antiguos de la zona, el contrabando de productos.

A las autoridades de antes, que tuvieron el poder político por años en la ciudad, no les convenía que Alberdi tenga accesos rápidos ni que cuente con muchos visitantes. Siempre mantuvieron a la ciudad así, con las comodidades mínimas, de tal modo que el traspaso de mercaderías (cigarrillo, electrónica, etc) de forma ilegal de un país a otro siga campante.

Esa realidad es la que se pretende cambiar ahora. La ruta que une Alberdi con Villeta está siendo refaccionada por el MOPC. Según confirmó a La Nación el ingeniero Pedro Cardozo, de la Unidad Ejecutora de Proyectos de dicha cartera de Estado, la ruta pavimentada va a ser una realidad.

Los trabajos actualmente están llegando hasta Villa Oliva, fronteriza con Alberdi. Para el intendente alberdeño, concretar la ruta es un sueño y es, junto con el proyecto de la costanera, el sostén para empezar la transformación de la ciudad.

Farmacia llena pero sin cirugía

Dra. Leticia Alfonso, directora del Hospital Regional.

En Alberdi funciona un hospital que tiene rango de distrital. La estructura edilicia está con serios problemas y le falta prácticamente todo, menos remedio.

Según la directora del lugar, doctora Leticia Alfonso, el hospital está equipado para atender algunos casos de urgencias, pero cirugías de mediana complejidad ya son transferidas a Formosa.

No tienen quirófano ni equipos para hacer radiografía. Sin embargo, la farmacia del hospital está bien equipada y sirve para dotar de los insumos básicos. La doctora Alfonso estima que al menos 20 pacientes al mes son derivados a Formosa desde este hospital.

Pasar al lado argentino no se da únicamente por atención médica. Todos los días, al menos 200 a 300 niños y jóvenes, todos estudiantes, pasan a Formosa para estudiar. Del lado argentino, la escuela está equipada con computadoras y ofrece hasta merienda a los niños.

Además, la mayoría de estos estudiantes son argentinos, por lo que no tienen inconvenientes en inscribirse en las escuela o ser atendidos en los hospitales formoseños. Esto obedece a que una parte importante de los menores nacieron en Argentina, pero viven en Alberdi con sus padres.

Aspecto edilicio del Hospital de Alberdi.

De allí se trasladan todos los días en los barcos que sirven de conexión entre ambos países. Las lanchas son una de las "industrias" de la zona. Solamente en Alberdi existen cuatro asociaciones de lancheros que completan entre 90 a 100 asociados.

Gilberto Arévalos es presidente desde hace dos años de uno de estos gremios, denominado "Centro de Armadores Lancheros". Para don Arévalos, la posibilidad de tener una costanera como la que tienen en Formosa del lado paraguayo es una oportunidad única.

Entre 200 a 300 estudiantes cruzan todos los días a Formosa para estudiar.

Asegura que convertirá a Alberdi en una potencia, ya que actualmente, y gracias a la inflación que golpea a los productos básicos y otros en la Argentina, una gran masa de compradores argentinos cruza a Alberdi para hacer sus compras.

Estas asociaciones registran un promedio de 1.700 personas que cruzan a diario desde Argentina a Paraguay y viceversa. De esta cantidad, máximo 300 son alumnos, unos pocos trabajan del otro lado pero el resto representa a potenciales compradores.

Muro y costanera

La actual refacción del muro forma parte de la primera fase del proyecto del MOPC y está a cargo de la firma Barrail Hermanos. Implica la ampliación del muro hasta unos 30 metros hacia el río, de tal forma que eso pueda servir de base para que después se pueda construir la costanera, que se realizará en una segunda fase, pero que todavía no cuenta con financiación.

En total, el muro tendrá al menos unos 1.400 metros de largo, que irá prácticamente a la par de lo que es actualmente la costanera de Formosa. La inversión en esta primera etapa es de unos 12 millones de dólares.

El proyecto consta de tres etapas; la primera está en ejecución con la refacción, la segunda corresponde a la costanera y la tercera es la construcción de obras complementarias como una futura playa, espacios públicos y lugares comerciales.

Con este proyecto, Alberdi pretende dejar en el olvido a su propio olvido.

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