Incrementar exponencialmente la cantidad de trabajos de investigación por año es fundamental para alcanzar la meta de posicionar a una universidad paraguaya entre las 400 mejores del mundo. Aunque el desafío es grande, con la cooperación de diferentes sectores, el objetivo de contar con una universidad de clase mundial, es posible.
No se trata simplemente de figurar en un ranking. El esfuerzo por mejorar la educación superior, cumpliendo con los requerimientos estándares, tiene el objetivo fundamental de lograr la transformación del país y alcanzar el desarrollo tecnológico. Pero todavía hay mucho por hacer.
El debate sobre la calidad y necesidades de los estudios terciarios se instaló durante la conferencia denominada "Hacia una universidad de clase mundial" que dictó el ministro de la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP), José Molinas Vega ante la Sociedad Científica del Paraguay.
En la ocasión, el Ministro expuso los detalles del proyecto denominado Universidad Científica y Tecnológica del Paraguay (UCTP), que está alineado con el Plan Nacional de Desarrollo Paraguay 2030, que en uno de sus ejes estratégicos, señala la necesidad de impulsar desde el Estado el fortalecimiento de los sistemas nacionales de ciencia y tecnología, y de innovación.
Frente a la universidad de clase mundial, asociada a la visión de avanzar en la economía del conocimiento, se alimenta el objetivo de cómo debe ser la educación superior en el 2030. "Nos planteamos tener al menos una universidad paraguaya entre las 400 mejores del mundo, que posibilite quintuplicar el número de patentes de invención nacionales. Si queremos avanzar hacia la economía del conocimiento, no podemos hacerlo sin una universidad buena, que cumpla con los estándares mundiales, que potencie la transformación productiva, que ayude a solucionar problemas del avance del desarrollo social", destacó José Molinas.
Partiendo de ese planteamiento se formó un grupo de trabajo que analizó cómo encarar el desafío y el rol que cumplen las universidades en la economía del conocimiento. "Viendo el ecosistema de las universidades paraguayas, y al caracterizarlas a la luz de tres elementos: aspecto docente, investigación y extensión, notamos que la mayoría de los recursos de las mismas apuestan principalmente a la docencia. Esto tiene sus razones valederas, ya que Paraguay tiene una clase media que necesita ser impulsada para desarrollar su potencial a través de una formación terciaria", indicó el ministro.
Es así como gran parte de los recursos están concentrados en el elemento docente y en términos de investigación y extensión, se destinan menos recursos. "De ahí, la propuesta de una universidad que complemente el ecosistema universitario actual y que fortalezca la investigación y extensión", mencionó.
También se analizó cómo se define a una universidad de clase mundial, observando lo que ocurre en los principales ranking. "Sin necesidad de entrar en detalles, vemos que entre un 60% y 90% pone énfasis en la investigación. Entonces se define en base al potencial que tiene de investigación", comentó José.
Para tener una idea cuantitativa del tamaño del desafío, el Ministro comentó que pusieron atención en el dato de la producción científica de las universidades que figuran entre las 400 mejores. "Introducen un mínimo de 1500 publicaciones por año para avanzar en la economía del conocimiento. Si nos comparamos, como país, no llegamos al 10%. Una medición de los últimos tres años da cuenta que tenemos una producción de aproximadamente 130 publicaciones por año. Menos del 10% y estamos hablando, no de una universidad sino de todo el sistema de investigación nacional (conformado por universidades, centros de investigación, institutos y sector público)", lamentó.
Para el grupo de trabajo que impulsa el proyecto quedó claro que, si Paraguay quiere avanzar hacia una universidad de clase mundial, no hay otro camino viable que unirse. El tamaño del desafío es tan grande que se debería multiplicar por 12 la producción anual de investigaciones.
"Creemos que estamos obligados a cooperar todas las instituciones interesadas en la investigación, para ser más eficientes en un país donde los recursos son escasos. Nos parece que si cooperamos todos puede ser viable", sostuvo.
La propuesta del Ministro no es tener una universidad aislada, sino integrada a todas las instituciones que hoy hacen investigaciones. "Cualquiera que exprese su intensión para avanzar en investigación debería ser bienvenido en esta nueva institucionalidad. Por eso empezamos a enseñar esta agenda de trabajo haciendo una analogía con lo que pasa en el fútbol. Aunque tenemos varios clubes, hay una selección nacional. Pensamos en que esta nueva universidad debe ser como la selección nacional, para aumentar en eficiencia y jugar en las ligas internacionales", destacó.
El proyecto de una Universidad Científica y Tecnológica de Paraguay no es otra cosa que esta selección nacional, sobre la base de las diversas instituciones complementarias, con el objetivo de crear sinergia entre los que se dedican a la investigación.
Otro aspecto importante es optimizar recursos. Producir más con lo que tenemos, para lograr un acercamiento a la meta internacional. Se apunta a una institución académica paraguaya fortalecida y comprometida con la creación y difusión del conocimiento en un amplio rango de disciplinas y campos.
No menos cierto es que se debe contar con más laboratorios, uso avanzado de tecnologías de la información e infraestructura que posibiliten una enseñanza e investigación de alto nivel, posgrados y un plantel docente altamente capacitado. Con el esfuerzo mancomunado de todos los sectores y la activa participación del mundo universitario, la meta se torna posible de alcanzar.