Río de Janeiro, Brasil | AFP, por Pablo SAN ROMAN.
El Comité Olímpico Internacional (COI) se reúne este martes en congreso, bajo la presión de zanjar de una vez por todas la espinosa e inaplazable cuestión de la participación de los deportistas rusos en los Juegos de Rio-2016.
La cuestión de la participación de los deportistas rusos constituye el tema más urgente y espinoso a solucionar por el COI, en una carrera contra el reloj, que se inició con la publicación del informe McLaren, que hablaba de un "dopaje de Estado" en Rusia, el 18 de julio.
Bajo presión, el COI encargó el sábado a tres miembros de su comité ejecutivo la selección final de los deportistas rusos.
Con el apremio del poco tiempo que queda, la decisión se tomará en este congreso de tres jornadas, que terminará el jueves, el día previo al inicio de los Juegos.
El panel de 'sabios' que decidirá la suerte final de los rusos está compuesto por el turco Ugur Erdener, presidente de la Federación Internacional de Tiro con Arco, la ex esgrimista alemana Claudia Bokel y el español Juan Antonio Samaranch Salisachs, hijo del que fuera presidente del COI de 1980 a 2001.
La incógnita que deben resolver es cuántos deportistas desfilarán el viernes en el Maracaná en la ceremonia de apertura de los Juegos, tras la bandera azul, blanca y roja de su país.
- Apelación al TAS -
Al trío de responsables del COI le han aparecido obstáculos suplementarios, ya que la Federación Rusa de Halterofilia, 17 remeros, tres nadadores, un luchador y un piragüista de este país decidieron acudir al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) para reclamar su participación en Rio-2016. Éste tiene todavía que pronunciarse.
La Federación Rusa de Halterofilia pide la readmisión de sus ocho levantadores, la totalidad de los clasificados a Rio, que habían sido excluidos por el organismo internacional de este deporte.
Después de que el escándalo sobre un presunto sistema de dopaje generalizado en el deporte ruso se destapara en noviembre de 2015, el informe McLaren llegó a menos de tres semanas del inicio de los Juegos.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en la que el presidente del COI, Thomas Bach, descargó implícitamente la responsabilidad de la confusión sobre los deportistas rusos en la recta final de los Juegos, respondió afirmando que actuó desde el momento en que dispuso de "pruebas corroboradas".
La AMA admitió que la llegada tardía del informe fue "desestabilizador para muchas organizaciones".
- Nuevos deportes en Tokio-2020 -
Sobre la base del informe McLaren, que puso en evidencia un dopaje de Estado, el COI pidió el 24 de julio a las federaciones internacionales la exclusión de los deportistas rusos que tuvieran un pasado relacionado con el dopaje.
Cuando la delegación rusa debía inicialmente contar con 387 deportistas, se vio muy reducida.
El ministro de Deportes ruso, Vitaly Mutko, afirmó durante el fin de semana que su país estaría representado por 266 atletas, en 29 disciplinas.
En el congreso del COI, sus miembros deben también tratar la posible entrada de cinco nuevos deportes para los Juegos de Tokio-2020 (escalada, karate, surf, skateboard y béisbol/sóftbol).
Bajo una presión similar se encuentran los organizadores, a los que se les agota el tiempo para solucionar los problemas pendientes.
En su visita a la Villa Olímpica, Thomas Bach, pudo constatar que los detalles que faltaban para su buen funcionamiento se van arreglando.
Pero el fuerte oleaje y el viento dañaron la rampa principal para las embarcaciones que compiten en vela, que está siendo reparada.
Tras muchos retrasos y la polución crónica de la bahía de Guanabara, repleta de todo tipo de desechos, este nuevo episodio muestra las dificultades encontradas por un comité de organización confrontado a dificultades financieras.
Otra fuente de inquietud durante largos meses, la línea 4 del metro, que une Ipanema a Barra de Tijuca, zona neurálgica de los Juegos, entró en servicio parcialmente el lunes, siendo reservada de momento a los miembros de la "familia olímpica".
Ajenos a los preparativos, los turistas disfrutan de las famosas playas de Copacabana e Ipanema, pero los cariocas siguen preguntándose si vale la pena organizar la cita olímpica.
"Tuvimos el Mundial. ¿Y qué mejoró?", se preguntó Joyce Cristina, una camarera de 32 años en uno de los muchos quioscos instalados a lo largo del paseo de Copacabana. "Son todo agujeros", agregó.