Asunción, la capital del país y reconocida como "Madre de Ciudades" por su papel protagonista en tiempos de la Colonia y su belleza particular, descripta por muchos de los visitantes extranjeros en distintas épocas, merece un presente y un futuro mejor.

En estos momentos y, desde hace tiempo, se habla de la necesidad de redescubrirla y revalorizarla, a través de planes y proyectos destinados a revitalizar el abandonado espacio del Centro Histórico, cuyos bellos edificios y espacios padecen el deterioro del tiempo y la falta de atención y los barrios aledaños, que padecen los efectos negativos de la precarización y el despojo.

Reconciliar a los asuncenos con su propia ciudad es una tarea que seguramente no ha de ser fácil, luego de décadas en las que se les ofreció todo tipo de oportunidades para "alejarse" de su centro y barrios tradicionales, facilitando el escape con impuestos exagerados y pocas ventajas para la instalación de centros comerciales y viviendas.

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La gente se acostumbró a abandonar el bello centro histórico, empujada por los múltiples obstáculos que siempre pone la falta de proyectos viables y la poca gestión.

Sin embargo, la realidad actual nos hace volver la vista hacia lo que fue el corazón de esta capital, revalorizando su importancia y viendo en esta extensa zona cercana a la bella Bahía, a la Catedral, las plazas y el Puerto una oportunidad de construir el nuevo rostro de Asunción, desde la perspectiva del respeto por su riqueza histórica y también del medio ambiente.

El plan de recuperación del Centro Histórico de Asunción tiene muchos aspectos interesantes en ese sentido y busca –de acuerdo a lo expresado por sus responsables– darle a la capital la oportunidad de volver a tener los brazos amigables y abiertos hacia sus habitantes, recuperando la imagen de una ciudad con espacios en los que lo público y lo privado conviven armoniosamente.

Lo que hay que comprender, antes de ofrecer una negativa a dichos planes y proyectos, es que no se trata de un experimento raro o único, sino que en muchos otros países se han llevado a cabo proyectos con el mismo objetivo y espíritu, que han resultado en un cambio positivo que benefició a todos, tanto ciudadanos que habitaban los distintos centros históricos como comerciantes y empresas, así como a quienes trabajan en oficinas públicas.

Basta echar un vistazo a lo ocurrido en ciudades de países cercanos como Buenos Aires, donde la zona de Puerto Madero ha pasado de ser un espacio de galpones abandonados y calles muertas a ser un centro cultural y social, donde los edificios de viviendas, hoteles y centros gastronómicos conservan las fachadas restauradas y se ha convertido en un atractivo turístico para propios y extraños. También se pueden mencionar como reformulado, el Centro Histórico de Lima, que los peruanos muestran con orgullo, y donde se puede caminar disfrutando de sus bellas construcciones coloniales, museos y viejas iglesias.

Seguramente, Asunción tiene mucho que ofrecer como ciudad en la que –como decimos aquí– "de gusto" vivir y caminar; compartir y disfrutar en todos sus aspectos.

Por eso, se debe tomar muy en serio, a nivel gubernamental y municipal, la tarea de seleccionar cuidadosamente cada proyecto y analizar bien las consecuencias para los asuncenos, así como las implicancias económicas y de desarrollo de inversiones que puedan aplicarse a la reconversión y puesta en valor de cada espacio, edificio o barrio de esa zona. Igualmente, urge dar solución al problema de transporte público, modernizando y adecuando el sistema para que así se evite para siempre el colapso del tránsito, lo que han logrado muchas ciudades en el mundo y no debería ser imposible de lograr aquí.

Los trabajos realizados en el barrio San Jerónimo no fueron de gran envergadura, pero consiguieron el objetivo de visibilizar y poner en valor un barrio antiguo y olvidado de la capital, que hoy visitan los turistas y los propios paraguayos, generando un cambio de actitud hacia la historia y la gente de esa zona, así como la mejor calidad de vida de sus habitantes, con el embellecimiento del barrio y la apertura de comercios y negocios familiares.

Además, debemos tener en cuenta que es la gente la que ha tomado como propia y habitual la presencia masiva en eventos artísticos, festejos patrios y otras actividades que se realizan en esa zona del centro. Un "redescubrimiento" de la ciudad, desde su corazón mismo y con nueva mirada.

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