Por Augusto Dos Santos
Comunicador y analista
Hay una historia fascinante de comunicación política de aquellos memorables tiempos en que la religión y la política funcionaban en el mismo almacén: el Arca de Noé. Fíjense qué genial: los buenos se salvarían en una prodigiosa embarcación mientras los malos se ahogarían irremediablemente y para peor sus gatos y cotorras irían en el mismo barco de los desgraciados buenos que se salvarían. Bush tardaría miles de años en pronunciar un discurso tan explícito sobre la suerte de buenos y malos del mundo.
Los capítulos inolvidables de la comunicación no se transmiten desde la información, sino desde el gesto de poder.
La reacción del narcofilántropo Pavão y sus amigos fue portentosamente comunicacional. Abogada, lobbystas y más de alguno en la prensa estaban desesperados por transmitir un "noélico" mensaje: "si le pegan a Pavão nos hundimos todos".
Pavão fue durante casi una década el "Noé" que salvó la economía de "los muchachos". No hay dudas que los directores de la penitenciaria de Tacumbú del 2009 a la fecha deben ser investigados. Es muy probable que estos tienen mucho que explicar. Y por qué no los ministros y ministras desde la administración Lugo, pasando por la de Federico Franco y llegando a la de Cartes, hasta la semana pasada en la que se corta el chorro de Pavão.
De hecho, algún director salpicado estuvo haciendo mucho esfuerzo en la semana para operar en la prensa una versión espectacular: los malos no fueron los que comieron de la mano de Pavão protegiendo sus privilegios durante nueve años, sino el nuevo Ministro que echó a Pavão "del paraíso". Y lograron instalarlo bastante bien.
Otra instalación comunicacional que ofició como "cazabobos" estupendamente fue el argumento de "para que Pavão habría querido fugarse si tiene solo un año más de cárcel". Lo que no tuvieron en cuenta los eternos desinformados es que Pavão sale de la cárcel en Paraguay y le esperan con esposas para una pasantía de décadas en prisiones de Brasil. O sea, en verdad Pavão, necesita fugarse.