Una pausa en la rutina, un alto a la jornada laboral, unas horas para hacer lo que se desea sin sentirse obligado. El tiempo libre quizás sea una concepción más moderna, pero de alguna u otra forma estuvo presente a lo largo de la historia. ¿Qué tan importante es ociosear?

Por Jazmín Gómez Fleitas

Fin de semana. Ese anhelado par de días al final de toda una jornada laboral en la que nadie queda exhento de esperar su llegada con fervor, porque es cuando nos vemos libres de las responsabilidades contraídas.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Ya desde pequeños esperamos con ansiedad que 'ya llegue', para no levantarnos temprano, no vernos obligados a hacer las tareas, así como también por el simple hecho -pero una fantástica idea- de poder jugar todo lo que queramos. De adultos pasa lo mismo.

No nos libramos de ver con recelo que el lunes se avecina lentamente, cuando los domingos están en su ocaso. Aun cuando te catalogues de workaholic (adicto al trabajo), permitime señalar que desconectarse es bueno. Más aún necesario.

El hecho de estar en constante demanda de actividad laboral y presión constante, no hace más que afectar al corazón y parte de los procesos cognitivos del cerebro; es decir, a la facultad de procesar información. Entre estos procesos se encuentran el aprendizaje, razonamiento, atención, memoria, resolución de problemas, toma de decisiones y procesamiento del lenguaje; todo esto señalado por investigadores de la Universidad de California en Irvine.

Es debido a eso que cuando trabajaste sin cesar haciendo horas extra, llevaste trabajo para el fin de semana o vivís presionada contra el tiempo, llevás esa tensión aun fuera de las paredes del trabajo o incluso del horario laboral. Y todas estas situaciones desde el punto de vista psicológico y médico, no hacen más que alejarnos de la productividad y de una buena calidad de vida.

¿Desde cuándo?

Ya desde la antigua Grecia, los filosófos contaban con tiempo libre para dedicarse a la observación y reflexión de la vida. Muchos de sus pensamientos sobre las ciencias y la política nacieron de estos espacios a los cuales no accedía toda la sociedad, ya que disponer de tiempo fue posible solo mediante la estratificación social (es decir, manteniendo un sector importante como esclavo).

Y de allí esa teoría griega de que "solo el hombre que posee ocio es libre", porque solo el hombre libre en realidad podía acceder a ello. La palabra griega para ocio es skholé, que etimológicamente significa "parar o cesar"; sin embargo, no hace referencia a "no hacer nada", sino a la oportunidad de disfrutar de una contemplación creadora y momentos de paz.

Por otra parte, en Roma se cree que el concepto de ocio lo introduce Cicerón en su discurso Oratio pro sestio al hablar del otium, "el ocio digno", o paz para todos en el sentido más cercano de la frase. Aunque en ese momento hacía alusión a la cesación de servicio, es una de las primeras referencias encontradas.

Ya durante la Edad Media y el Renacimiento, el ocio está ligado a la abstención del trabajo y la elección de actividadades como la política, el deporte, etc. La vida ociosa era el indicador clave de pertenecer a la clase alta. Pero en la Edad Moderna toma el otro extremo, el ocio era catalogado como holgazanería, y muy mal visto por el puritanismo inglés.

No fue hasta la Revolución Industrial que su significado y necesidad, de nuevo cobra sentido real a causa de las jornadas laborales en extremo extensas. Los trabajadores tomaron conciencia de esta situación y buscaron que se establezcan medidas legislativas. Una fecha importante para esto fue 1948, en donde las Naciones Unidas señalaron en el artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que "toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre".

El balance de la vida

Quizás para nuestras abuelas estar sin hacer nada era sinónimo de haraganería, por lo cual había que buscar alguna cosa para hacer, aunque sea doméstica, para permanecer activos y demostrar utilidad. Sin embargo, el hecho es que el ritmo de vida de años atrás no es igual al actual.

La psicóloga Susan Charles de la Universidad de California, que realiza investigaciones sobre el tiempo libre y sus beneficios, explica que hoy el tráfico, los problemas personales, la espera de turnos (¿quién cuando va al doctor entra a la hora que le anotaron la cita médica?) suman considerablemente para que ya no sea sólo el trabajo un factor necesario de cese, sino también las demás responsabilidades contraídas.

El sociólogo francés Joffre Dumazadier explica que el tiempo libre es un hecho objetivo de nuestra sociedad actual, que debe ser visto como parte integral de la vida del ser humano. "Ocio es el conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse con pleno consentimiento, ya sea para descansar o para convertirse, para desarrollar su información o su formación desinteresada, su voluntaria participación social o su libre capacidad creadora, cuando se ha liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y sociales".

Esos momentos en los cuales uno dedica a leer, a hacer algo que le gusta, a escuchar música o simplemente sentarse para a mirar los árboles y escuchar a los pajaritos; es decir, esas ocasiones que significan estar en calma, consiguen llevarnos a niveles de relajación que conducen a un equilibrio del sistema nervioso, optimizando los procesos cerebrales, explica la Dra. Charles.

Hoy, sabemos que el ocio no es sencillamente el momento en el que podemos sentarnos al sofá sin hacer nada, también es una oportunidad para aprender más de lo que nos gusta gracias al internet y todas las herramientas que ofrece, es oportuno para desenterrar un talento o retomar pasatiempos; tal como lo expresa Dumazedier. Y aún más, es necesario pausar la vida para recargar energías y poder continuar siendo productivos en nuestros lugares de trabajo.

El ocio hoy es un indicador de una buena calidad de vida, de tomar en serio nuestra salud, al recordar que es "un estado de completo bienestar físico, mental y social; y no solo la ausencia de enfermedades" (Organización Mundial de la Salud).

+ INFO

El Día del tiempo libre se recuerda a nivel mundial cada 22 de julio. Aprovechá esta excusa para verificar si estuviste tomándote un tiempo para aquietarte, para no correr tras los pendientes. ¿Te diste tiempo para hacer lo que querias? Leer, mirar una película, salir a caminar, etc. Sino, es un buen momento para agregarlo a tu agenda.

Dejanos tu comentario