Caracas, Venezuela | AFP | por Maria Isabel SANCHEZ.

Las autoridades electorales de Venezuela deben anunciar este martes si la oposición logró activar el referendo revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro, confrontado al malestar popular por la crisis económica que asfixia al país.

La oposición espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) confirme que reunió las 200.000 rúbricas que echarán a andar el referendo, y habilite la segunda etapa del proceso: la recolección de cuatro millones de firmas requeridas para convocar la consulta.

"Este es un proceso largo y complejo, pero creo que el referendo no tiene regreso, porque es un sentir nacional. ¿Cómo evolucione? Depende de las autoridades", declaró a la AFP la analista y sicóloga social Mercedes Pulido.

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Pero para llegar a su meta de que la consulta sea este año, la oposición tiene aún un buen trecho por recorrer. Primero debe lograr que el CNE fije pronto la fecha del inicio de la recolección de las firmas, para lo cual presionará el miércoles con una movilización ante la sede del órgano electoral en Caracas.

En esa segunda etapa la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) debe recoger las rúbricas en tres días. Luego, el CNE tendrá 15 días hábiles para contabilizarlas y tres meses más para organizar la consulta.

La MUD -que acusa al CNE de servir al chavismo y dilatar el proceso- quiere que el referendo se haga antes del 10 de enero de 2017, pues si Maduro pierde deberá convocarse a elecciones. Pero si ello ocurre después de esa fecha, sería reemplazado por su vicepresidente, quien completaría el mandato.

Maduro descarta de plano que sea en 2016, pues asegura que la MUD inició tarde los trámites y debe enfrentar una demanda por fraude en la recolección de firmas que él mismo interpuso.

Más de 8.000 recursos legales fueron presentados por el chavismo ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la Fiscalía, también acusados por la MUD de servir al gobierno.

Riesgo de conflicto social

Para revocar el mandato de Maduro se necesitan más de los 7,5 millones de sufragios con los que fue elegido, una vara muy alta que la oposición está segura de alcanzar.

Según la firma Venebarómetro, 73,4% de los venezolanos reprueba la gestión de Maduro y 64% de los electores votaría por sacarlo del poder, en medio de una severa crisis económica y social.

"Si el CNE retrasa arbitrariamente el proceso aumentará la conflictividad social", dijo a AFP el constitucionalista José Ignacio Hernández, quien estima que los lapsos legales alcanzan para que la consulta se realice a más tardar a inicios de enero.

Casi todos los días de mayo y junio hubo protestas por falta de comida. La gente está agobiada por la inseguridad, la escasez de alimentos y medicinas, y la inflación más alta del mundo: 180,9% en 2015 y el FMI proyecta una de 720% para 2016.

Maduro sostiene que la crisis se debe a la caída de los precios del petróleo y a una "guerra económica" que atribuye a empresarios de derecha que buscan derrocarlo. "Las fuerzas imperialistas no nos derrotarán, ante las dificultades triunfaremos", afirmó la noche del lunes.

¿El diálogo es la salida?

Cuantos más obstáculos, más confrontación, sostienen los analistas. Para Pulido, al "descontento y al caos tendrá que buscárseles salida, y es la negociación", aunque por ahora es incierto un diálogo en torno a la crisis política y económica.

Una comisión de expresidentes promueve, a instancias de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), conversaciones entre gobierno y oposición, y la semana pasada se dio un primer paso cuando el oficialismo aceptó que, tal como pedía la MUD, el Vaticano participe en la mediación.

Pero aún hay mucha desconfianza para sentarse a negociar. Y el referendo sigue siendo la piedra en el zapato.

"El pueblo les va a volver a dar una paliza, eso lo sabe el gobierno, por eso buscan dilatar el revocatorio con el llamado al diálogo", afirmó el líder opositor Henrique Capriles.

La oposición dice que sin avances en el referendo no se sentará a negociar, y el gobierno afirma que si el tema se pone sobre la mesa será para abordar el "fraude". Ambos bandos, además, muestran fracturas internas, incluso en torno a si negociar y cómo hacerlo.

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