Por Laura Morel

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Fue un ciclo olímpico de espera, por lo que conducir semanalmente por casi 1.600 kilómetros en los últimos dos meses para llegar a Campo Grande (Brasil), donde se encuentra el club de tiro más cercano, fue un sacrificio que lo realizó con gusto.

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Para Londres 2012, Paulo Reichardt estuvo a punto de conseguir un wildcard. En ese entonces, se desempeñaba como Ministro de Deportes, situación que cargó de dudas y polémica su posible nominación que, en realidad, era un reconocimiento a sus recientes logros como tirador.

Difícil precisar si el Comité Olímpico Internacional desistió de dicha invitación para evitar mayores polémicas. Lo cierto es que, cuatro años después y a sus 56 años, el pedrojuanino estará en Río 2016, siguiendo los pasos de la tiradora Patricia Wilka, que representó a Paraguay en Pekín 2008.

"Hace cuatro años se había ventilado esa posibilidad que, por maldad, causó polémica, porque nadie me regaló nada. Al contrario, participé en varios campeonatos a nivel nacional e internacional y era el mejor tirador en Paraguay. Menos mal ahora se dio. Se dice 'por invitación', pero para recibirla hay que tener un índice mínimo, que yo conseguí en Guadalajara, en el campeonato de las Américas (2014)", comenta Reichardt, recordando aquél episodio.

La buena actuación en México le había dado también la clasificación a Toronto 2015, "que, dicho sea de paso, fue la primera vez que un tirador clasificaba por méritos propios a un Panamericano", destaca quien a los 17 años conoció de este deporte por medio de la familia y, ya en su primera competencia, descubrió que tenía "talento natural" para el tiro.

"Vivía en Pedro Juan Caballero, donde había un club de tiro. Prácticamente todos mis tíos y primos tiraban. Un día me inscribí para tirar como principiante y terminé tercero entre los profesionales. Entonces, renuncié a la categoría principiante y me quedé con el tercer puesto", recuerda.

Si bien Reichard compite habitualmente en fosa olímpica, en Río competirá en fosa doble.

¿Qué es el tiro olímpico?

Es un deporte que tiene varias modalidades olímpicas. Paulo Reichardt compite en tiro con escopeta, fosa doble. La prueba, que se disputa en un solo día, consiste disparar a dos platos que salen en forma simultánea, en tres series de 50. Los seis tiradores que hayan quebrado la mayor cantidad de platos avanzan a la serie final, de donde los dos mejores van por la medalla de oro, mientras que el tercero y el cuarto se disputan la de bronce.

"Cuando llegas a la final ya puede suceder cualquier cosa, entramos en igualdad de condiciones. Es muy emocionante", resalta Reichardt, quien ante la falta de instalaciones en el país debe entrenar y competir fuera. La mayoría de las veces, incluso, en una modalidad diferente.

"No contamos con esa especialidad en Paraguay. Entonces, voy a competir a los torneos internacionales sin práctica. Yo practico más la fosa olímpica, pero la fosa doble es un tiro que me sale bastante bien. Tengo esa facilidad", explica, sincerándose luego respecto a su objetivo en Río.

"No puedo decir que voy a ganar una medalla, porque no practico lo suficiente. El equipo italiano, que tiene a los mejores en esta disciplina, practica 300 tiros de lunes a sábado. Yo tal vez dispare 300 tiros cada dos meses, es muy grande la diferencia. Pero eso no impide que pueda llegar", manifiesta.

Aún así, los intensos entrenamientos de este año le ayudaron a mejorar bastante, pues en el evento test realizado en abril pasado en Río de Janeiro terminó igualado con el último campeón mundial y quedó a dos platos del medallista de oro del Panamericano. "Depende mucho del día, de como estás. Hoy puedo hacer un score excelente, mañana no", destaca al respecto.

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La emoción del sueño cumplido

Por toda esa problemática, para Reichardt "fue muy emotivo recibir la invitación" para estar en los Juegos Olímpicos, "sobre todo por la edad que tengo". "Este es uno de los pocos deportes que permite que uno compita siendo ya mayor. Tengo 56 años y estoy muy contento de poder representar al país en el evento más grande del mundo a nivel deportivo", explica.

Es que mientras muchos evitan hablar de su edad, él destaca con orgullo que hasta puede "ser uno de los más viejos de los Juegos Olímpicos" y resalta que competirá "de igual a igual con tiradores de 20 o 21 años", porque "la experiencia quiere decir mucho, pero dentro de la cancha de tiro es igual, uno se emociona, tiembla..."

Sobre las expectativas que tiene, con la experiencia de haber ido a dos Panamericanos, sabe que el momento de mayor alegría se vive en inauguración: "Uno se emociona muchísimo, llega a lagrimear, a sentir la piel de gallina... Entrar al estadio, en este caso al Maracaná, y ser uno de los pocos atletas que van a unos Juegos Olímpicos, es lo mejor que me podía pasar".

Ser uno de los más veteranos de estos Juegos Olímpicos es algo que llena de orgullo a Reichardt. Foto: Fernando Riveros.

¿Retirarse ahora? ¡No!

En una de las primeras entrevistas que dio tras convertirse oficialmente en atleta olímpico, el exMinistro de Deportes había dicho que esta sería una maravillosa manera de culminar una trayectoria de casi 40 años como tirador.

Pero tras la gran preparación que tuvo, en la que realizó el mejor score de toda su carrera, y con la construcción de una cancha oficial en el predio del Comité Olímpico Paraguayo, Reichardt prefiere postergar el adiós.

"Todavía no", dice sonriendo y con absoluta seguridad. "Con la habilitación de esta cancha podemos mejorar y tratar de estar en los próximos Sudamericanos y Panamericanos. No digo en Japón (JJOO del 2020), pero nada escapa", agrega, inspirado en el ejemplo de un tirador de casi 70 años al que vio realizar el máximo score en una tanda en Guadalajara.

Por último, quien anhela igualmente ver más jóvenes dedicándose al tiro "en vez de disparar a los pajaritos o a las palomas", destaca que participar de unos JJOO "es algo grandioso para un atleta" y "el premio mayor que uno puede recibir en Paraguay".

"Tal vez en otros países el premio mayor es ganar una medalla, pero participar ya es un premio muy grande, por las dificultades que tiene un atleta para llegar al alto nivel. El apoyo tiene que ser muy grande y tenés que vivir para eso y de eso, cosa que acá no pasa todavía", sentencia con sinceridad.

ReichardtFicha

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