El gobierno de Colombia enfrenta el reto de legitimar la paz con las FARC en un plebiscito, tras haber recibido el aval de la justicia a este mecanismo de refrendación del acuerdo final con la guerrilla.
La Corte Constitucional declaró el lunes viable la realización de un plebiscito para que la ciudadanía apruebe o desapruebe el pacto final de paz que Santos y las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC, marxistas) negocian desde el 2012 en Cuba para acabar con más de medio siglo de conflicto armado.
La luz verde a este mecanismo permite al gobierno meterse de lleno en la campaña por el "Sí" a lo acordado, pero también lo desafía a movilizar a millones de ciudadanos en un país donde la participación electoral suele ser muy baja.
La Corte aprobó que el plebiscito será válido si los votos favorables al acuerdo de paz alcanzan al menos el 13% del censo electoral (unos 4,5 millones), un porcentaje propuesto por el gobierno y ratificado por el Congreso.
En caso de que no se alcance ese umbral o gane la opción del "No", Santos ha dicho que seguiría el conflicto. "Si el plebiscito no se aprueba volvemos a la guerra", aseguró en junio el mandatario.
Para el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010), férreo opositor a los diálogos de paz con las FARC por considerar que darán impunidad a los guerrilleros, así planteado este plebiscito "es ilegítimo". "Haber bajado el umbral del 50% al 13%, con la anotación de que es un 13% (del censo electoral que debe votar) por el Sí (...) es una trampa del gobierno", detalló.
Mientras tanto, Santos, un político de centroderecha que ha hecho de la paz con las guerrillas el buque insigne de su mandato, anunció la víspera que buscará sellar los puntos que le quedan por acordar con las FARC y, una vez firmado el pacto final, convocará a los colombianos a las urnas, tal como quedó estipulado.