Los abogados Rodolfo Aseretto y Osvaldo Granada cuestionaron duramente a los defensores de los campesinos condenados por el caso Curuguaty y coincidieron en que el caso fue mal manejado, por lo que se dictaron duras penas.
Aseretto, un abogado siempre ligado a las causas sociales, fue uno de los primeros defensores de los labriegos, pero luego apartado. En comunicación con radio Monumental, reveló ayer que le pidieron dejar el caso "por ser liberal".
Aseguró que el manejo de los abogados hizo que "en el barco de la defensa entraba agua por todos lados".
Reveló también que los defensores supuestamente recibían instrucciones de Tacumbú, aunque no especificó a quiénes se refería. "A mí me filtraron que había llamadas de Tacumbú dándole instrucciones a ciertos abogados; había otra gente que jugaba a espaldas de nosotros, y eso a mí no me gustó", expresó.
En la misma emisora, Granada también cuestionó el actuar de los defensores de los campesinos porque –dijo– "chicanearon a gusto". Apuntó sus críticas hacia Víctor Azuaga. "Será el líder de una barra brava, pero abogado no es... esto es el reniego absoluto a todas las reglas mínimas de ética", dijo al referirse sobre su actuación durante la lectura de la sentencia, cuando arrojó un papel a los miembros del Tribunal.
El lunes fue leído el texto completo de las fundamentaciones del Tribunal de Sentencia, en la que se describen las razones por las que los 11 campesinos fueron condenados. La defensa considera que los argumentos son ridículos y preparan acciones para intentar anular el fallo.