CARLOS ALBERTO GÓMEZ @CarlosGomezPyFotografía: Aníbal Gauto.

Agradecimiento especial: La Alondra Hotel Factoría.

Nelson Federico Mora Peralta (32) es licenciado en Administración Pública, graduado en España, cuenta además con una especialización en sociología y políticas públicas. Ha manejado el programa de becas del Ministerio de Hacienda por 4 años y actualmente es coordinador general de las Becas Don Carlos Antonio López (Becal).

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La Constitución de 1844 instituía el sistema presidencial de gobierno, y Carlos Antonio López ejerció el cargo. Recuerdan los historiadores que siempre estuvo interesado en la formación de su pueblo, aunque el régimen de gobierno era reflejado en las aulas.

Si bien la enseñanza primaria era obligatoria y gratuita, esto no beneficiaba a las mujeres, a pesar del sistema incompleto, no puede ponerse en tela de juicio el celo que el gobierno de don Carlos Antonio López dedicó a la promoción del adelanto educacional.

Muchos conocedores de la historia señalan que era lógico esperar que, de no sobrevenir la guerra, la política educacional habría evolucionado favorablemente, mejorando su espíritu y sus prácticas.

Su gobierno tuvo el interés en otorgar becas a alumnos del interior para estudiar en la capital y Europa. Es así que llega a seleccionar a los primeros cincuenta y seis jóvenes paraguayos que fueron enviados a Europa para aumentar sus conocimientos, de acuerdo a lo resuelto por el Congreso, toda una revolución para ese entonces.

Más de 170 años después, Paraguay buscó retomar con esa política la posibilidad de enviar compatriotas al exterior para seguir con sus estudios. En ese sentido, en el 2012, la ley de Fonacide ha creado las becas de posgrado en el exterior, que llevan el nombre del primer presidente Constitucional de la República del Paraguay, don Carlos Antonio López (Becal), con aportes periódicos que concede el Gobierno a aquellos egresados de una carrera con el fin de llevar a cabo sus estudios de especialización (maestría, doctorado e investigación) en el extranjero. Se cumple un año del exitoso programa, 650 becarios enviados al exterior, una nueva revolución en la educación paraguaya.

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-Con la tercera convocatoria realizada, ya han llegado a 650 becarios, que tuvieron la oportunidad de perfeccionarse en el exterior.

-Este mes de julio, el programa cumple un año de funcionamiento, llegando a invertir US$ 12 millones. Hemos realizado tres convocatorias regulares (a nivel mundial), en donde el postulante debe tener la carta de admisión. Además, tuvimos una convocatoria especial para Francia, que derivó en 86 becarios, que tuvo el adherido de incluir idiomas, un factor importante para que los postulantes no pierdan la oportunidad. Ahora tenemos una convocatoria abierta para doctorados en Estados Unidos, a través de un acuerdo con la Agencia Laspau (Harvard University), además de la convocatoria para docentes, con un cupo de 100 personas que irán a España para realizar una maestría.

Como país llegamos tarde a este proceso. Cuando los demás países tienen implementado el programa hace tiempo, ¿cómo fue el proceso de aprendizaje?

–El desafío más importante fue tener la agilidad para cambiar sobre la marcha. Antes uno tenía que descargar el formulario, completarlo, escanearlo para subirlo a la red, hoy es totalmente electrónico. Evaluamos el otorgamiento de los beneficios, ya que entendimos que para exigir el retorno es necesario que garanticemos la totalidad del beneficio, existe una exigencia de cinco años en el país, terminado los estudios. Comprendimos que es un premio a la excelencia, donde va el que tiene las condiciones académicas pero debe ir con la suficiente tranquilidad económica para concentrarse en su estudio.

Hay un alto nivel de credibilidad en el sistema implementado, el postulante confía en el proceso.

–No recibimos un solo papel en la oficina, todo el proceso es online. Importante es también que no se requiere de ningún permiso para postular, el estudiante aplica a título personal y es sometido a una evaluación.

Al ingresar al sistema, todo queda grabado durante el proceso, esto le da una gran ventaja al seleccionado en argumentar el porqué, y al no seleccionado también. Es más, hasta hemos habilitado la figura de la apelación para el reclamo puntual, es un derecho que también tiene el que aplica.

Ante esta garantía de transparencia, como unidad ejecutora nos sentimos muy tranquilo, ya que es importante que los beneficiarios crean en el sistema.

¿Es verdad que en estos tres llamados las mujeres son mayoría? ¿Siguen siendo las más interesadas en continuar con su formación en el exterior?

–Hay que distinguir, del becado que va para maestría, doctorado o investigación. En líneas generales, nuestro becario tiene entre 27 a 30 años. De cada 100, 60 son mujeres, hay una mayor postulación femenina, es más, para el doctorado ya están con familia, por eso se hace un adicional para evitar el desarraigo.

¿Cómo se asegura la excelencia, además del perfil, en el destino?

–No solo queremos mandar a los mejores, queremos que estudien en los mejores lugares del mundo. Son fondos públicos los que financian esa especialización, por ende eso tiene que estar garantizado. Se estableció un corte en las 300 mejores a nivel mundial, tomamos tres rankings internacionales. Siempre que el postulante cuente con una admisión en una de las 300 mejores, está habilitado a postular. Hoy existen becarios en más de 23 países y en por lo menos 50 de las mejores universidades del mundo.

Varias personas que terminaron una carrera universitaria, y eventualmente reúnen los requisitos académicos, no saben cómo aplicar para una beca, con una admisión en mano.

–Es lo que hemos visto, por eso desarrollamos programas que nos permitan identificar perfiles, y a través de agencias o acuerdos, hacer esa colocación académica. Lo hicimos recientemente con Francia, con 86 becarios y ahora con la Agencia Laspau (Harvard University) para Estados Unidos. En estos programas no es requisito contar con la admisión, pero sí con el perfil, la agencia se encargará de evaluar el perfil y da alternativa al becario, estamos contentos con los estudiantes, ya que genera una oportunidad muy importante para mucha gente.

La ley establece que se financia para la ampliación del aprendizaje, en diversas áreas del conocimiento para el desarrollo, ¿cómo aplican el criterio?

–Becal quiere tener un foco en ciencia, tecnología, innovación y educación, los sectores que de aquí a 15 años son necesarios. El marco general es el Plan Nacional de Desarrollo 2030, elaborado por la Secretaría Técnica de Planificación (STP). La clasificación la hacemos con base en el Manual de Frascati, que establece definiciones básicas y categorías de las actividades de Investigación y Desarrollo (ciencias médicas, ciencias naturales, ciencias exactas, ciencias agrarias, ingeniería y tecnología, educación). Además, tomamos el libro Blanco de la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación del Conacyt, que habla de los sectores específicos: productivo, sociales y tecnologías transversales (hábitat, vivienda, infraestructura, logística, turismo, tecnologías de la información, salud).

Ese proceso en línea de postulación, ¿alcanza a la evaluación?

–Tomamos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) un instrumento que se llama Sistema de Postulación a Instrumentos (SPI), la evaluación también es en línea, y esto nos parece fundamental, ya que cada postulación es evaluada por dos personas, que no se conocen, los evaluadores forman parte del Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (Pronii), ambos dan una nota que se consolida en el programa y se saca un promedio. En caso de que uno diga que sí y otro que no, va a un tercer evaluador que desempata, todo este proceso está grabado. Cualquier tipo de auditoría del software puede detectar alguna alteración.

¿Y la asignación de recursos?

–También es un proceso que se hace en línea, disponible para que se pueda revisar, para eso se utiliza el mismo sistema. Cargamos los montos por becario, los tiempos de desembolso y los saldos a desembolsar por cada estudiante. Además de ser un proceso transparente, este sistema nos permite planificar las partidas presupuestarias sin errores y hoy hasta podemos pedir ampliación presupuestaria, con la total tranquilidad de que llegaremos a ejecutarlo porque de no hacerlo significaría que a nuestro becario le faltarían fondos.

¿El Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación, creado por Fonacide, gracias a las partidas presupuestarias que recibe el país en concepto de compensación por cesión de energía es lo que permite programas como este?

–El Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación, según la ley que creó el Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), maneja el 33% del presupuesto anual. Cuenta con varios programas, entre ellos el programa de becas, el acumulado hasta el 2018, es de US$ 53 millones. El presupuesto del Programa Becal está financiado por el Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con otros 20 millones de la misma moneda norteamericana provenientes de fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para poder ampliar el fondo y tener una consistencia como programa, y hablar de 1.500 becas.

Con la llegada al país de los primeros becarios, en los próximos meses, viene un nuevo desafío: la reinserción, ¿cómo están trabajando para la convalidación de títulos, oferta laboral?

–Estamos conversando con el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), para reglamentar de homologación y reconocimiento de títulos del exterior, es un desafío enorme, sobre todo a nivel de grado, que existe un histórico de personas que no pueden homologar su título. Como posgrado nos afecta el reconocimiento de los títulos, pero estamos buscando facilitar ambos procesos. En cuanto a la oferta laboral, primero está vigente la promoción laboral, donde las empresas guardan el lugar de sus trabajadores, que regresan con una especialización, estamos pensando también en una plataforma donde cada becario se venda, completando una ficha y formando parte de una base de datos que estará a disposición del sector privado y público. Además, estamos en proceso de elaboración de convenios marco, con empresas que necesitan las distintas especializaciones.

¿Y los que fueron a hacer investigación? Al llegar al país se encontrarán con otra realidad, y ante la ausencia de herramientas.

–Para el profesional existirá un mercado que se dispute la oferta. El que hizo investigación, conociendo el déficit en infraestructura que existe en nuestro país, es el que nos preocupa. Lo importante es que existen fondos para desarrollar líneas de investigación, y dotar al profesional de equipamientos para implementar los mismos, son partidas presupuestarias que se manejan a través del Conacyt, tiene un programa de escalafón de investigadores, y además trabaja con las universidades, pero sin dudas, ese es nuestro gran déficit, nuestra principal preocupación, ya que exigimos al profesional cinco años en el país, luego de su profesionalización en el exterior, por ende tenemos que dar las condiciones para el retorno.

El acuerdo establece condiciones de retorno para el becario, pero tiene que existir un marco para un mercado maduro que pueda absorberlos. Ofertas en el exterior, seguro no faltan.

–Es un contrato que establece que terminada la especialización en el exterior el becario debe volver al país y permanecer aquí por 5 años. Los de maestría tienen seis meses y los de doctorado un año para registrar su retorno. Sabemos que la sociedad, acompañada desde el Estado, debe generar las condiciones para que estas personas tengan cabida en el ámbito laboral y pueda aplicar sus conocimientos. Como dije, el desafío está en los investigadores, para eso hay que trabajar también necesariamente con el sector privado, se debe generar una buena oferta laboral. Por supuesto que el contrato tiene excepciones, una persona que termina su maestría y es aceptado para un doctorado puede continuar sus estudios y posponer su regreso.

Llegará un momento en que ustedes deberán salir a buscar a los interesados.

–Cada universidad tiene sus destacados, encontramos perfiles excepcionales. Eso sí, vamos a llegar a un momento en que las becas suben hasta agotar el stock, eso significa que después el programa llegará a un techo, donde quizás disminuya la cantidad de postulantes, así que seremos nosotros los que saldremos a buscar becarios, será nuestro desafío: identificar los nichos. Identificar a los mejores promedios, prepararlos en idiomas, generar interés en los estudiantes, trabajar con los investigadores escalafonados.

El reciente lanzamiento de las becas para los docentes viene acompañado con una serie de dudas que trataron de instalar los gremios.

–Es el primer programa de becas al exterior para los profesores que irán a España, un programa de 100 cupos dirigido exclusivamente a maestros con años de experiencias en el área, que no superen los 35 años de edad. Los mismos podrán optar por realizar maestrías en didáctica, renovación de malla curricular, tecnologías de la información aplicadas a la educación, enfoque para dirección educativa, planificación educativa, entre otras decenas de especialidades ofertadas.

El proceso de concurso es transparente, queremos despejar la idea de que existan cupos, o se entreguen por recomendación política, todo será en línea, para que cualquiera pueda revisar, basados en los mismos criterio técnicos que tiene Becal. Para aplicar no se necesita contar con un permiso de nadie (directores, supervisores) más que el deseo del postulante. A su regreso, queremos que apoyen al sistema, capacitando a sus colegas, es el efecto multiplicador que busca el Ministerio de Educación con el proyecto.

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