En términos democráticos, en la región "hay países que están muy bien, países que no están tan bien y hay algún país que no está nada bien", dijo el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en una entrevista concedida a La Nación y publicada el viernes. Parece una respuesta simple, pero en términos de descripción sobre la situación regional tiene un contenido sumamente profundo, donde –aunque sin mencionarlo directamente en esa parte– puso a Venezuela en el eslabón de "nada bien".
Según Almagro, siempre hablando sobre el mismo tema, en la región hay avances en algunos países, pero se debe insistir en adaptar los sistemas políticos a las nuevas prácticas de la ciudadanía y la democracia, que hacen que la responsabilidad de los políticos con la ciudadanía sea mucho más directa. Instó, en términos simples, a una mayor participación ciudadana y a que la clase política se ajuste a la decisión de la gente.
La descripción que hace Almagro no se puede perder de vista al analizar la controversia generada en el seno del Mercado Común del Sur (Mercosur) por las posturas respecto al traspaso o no de la presidencia pro tempore a Venezuela, que genera un atasco innecesario que afecta no solo al relacionamiento del bloque, sino también al cumplimiento de los objetivos para los cuales fue creado el grupo.
Además de lograr una integración económica, aduanera y política en el bloque, el Mercosur también fue impulsado para encausar de manera grupal negociaciones con otras economías del mundo, en busca de beneficios para sus países miembro.
En ese sentido se debe recordar que, de asumir Venezuela, estarán en peligro, por ejemplo, las negociaciones con la Unión Europea por un hecho no menor. El mismo gobierno de Maduro ha decidido no mantener relaciones con el Viejo Mundo. Entonces, cabe la pregunta, cómo negociar con la UE si el que llevará la presidencia pro tempore le ha dado la espalda. Las conversaciones Mercosur-Unión Europea deben retomarse en los próximos meses.
El Mercosur no puede manejarse por el beneficio que podría tener un país, sino por el de los Estados parte, porque para eso fue creado. Un analista brasileño señaló hace unos días que de ser entregada la presidencia a Venezuela, el gran victorioso será Maduro, porque el hecho simbólicamente podrá ser utilizado para decir al mundo que en ese país no sucede nada, cuando la verdad la situación cada vez empeora más. Paraguay, Argentina y Brasil no acompañan que el gobierno de Maduro asuma la presidencia hasta que se solucione el problema venezolano, pero Uruguay insiste en el traspaso.
La situación de Venezuela es crítica, a decir del propio Almagro, que habla de la existencia de presos políticos y denuncia igualmente que "esos presos políticos, además, son torturados y son sometidos a tratos crueles e inhumanos".
El secretario general de la OEA ya se mostró firme en un informe que presentó en el seno de la organización y respalda el referéndum revocatorio, mencionando la necesidad de respetar el derecho constitucional que tiene el pueblo venezolano de definir qué solución dar al problema, algo al que Maduro se opone tenazmente por temor a perder el poder.
Almagro recordó en la entrevista que en el informe que había presentado se detalla la necesidad de abrir un canal internacional de asistencia humanitaria para atender la grave crisis social y humanitaria que tiene el país, que hasta ahora el gobierno bolivariano no acepta.
"Ese informe marca un momento difícil desde el punto de vista institucional, económico y social para Venezuela, una dimensión de crisis que se ha ido profundizando, que tiene, por ejemplo, la corrupción como uno de los elementos distintivos", expresó.
Consultado sobre el tema Venezuela y la controversia que genera en el bloque regional, aunque no quiso ahondar mucho por la naturaleza de su cargo, sin embargo dio una señal clara sobre la postura asumida por algunos países, resaltando la asumida por Paraguay al sumarse a la intención de defender el sistema democrático en la región.
"Hemos visto que algunos países han expresado una forma muy consistente con la realidad de Venezuela, que hemos señalado en nuestro informe y sus planteos están muy en consonancia con lo que hemos dicho con respecto a la situación política, institucional, humanitaria y económica. Entonces, simplemente los países tomarán las decisiones que correspondan, en función de los instrumentos jurídicos propios que tienen todos", reflexionó.
El análisis que realiza el propio secretario general de la OEA no puede ser desconocido en el interior del Mercosur, sobre todo por aquellos que desean pasar una mano salvadora a Maduro. Por la situación democrática que vive el país y los intereses del grupo, no es conveniente que Venezuela lidere por el momento el bloque. Y si no hay consenso para tomar una decisión, debe primar la mayoría, en todo caso, como en toda definición.
Se debe entender que la decisión sobre el traspaso de la presidencia pro tempore a Venezuela no es un tema menor en el Mercosur. Puede significar no solo un escudo de protección para Maduro, sino también el inicio de un desquebrajamiento político mayor de la ya frágil relación entre los Estados parte del bloque.