Por Gabriela Teasdale

Socia del Club de Ejecutivos

En la rendición de cuentas de su primer mes de gestión, el ministro de Educación y Cultura, Enrique Riera, dijo acertadamente: "Aunque tengamos las mejores aulas, si no tenemos maestros que inspiren a los alumnos estamos fritos".

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Al escucharlo recordé a una maestra que marcó mi juventud. Estábamos iniciando el curso y, preocupada por lo difícil que parecía su asignatura, quise expresarle mis dudas sobre el desempeño que tendría a lo largo del año.

Estaba segura de que no me iría nada bien. Ella me miró fijamente y respondió: "Estás equivocada, vos tenés mucho potencial y te irá tan bien que al terminar el año vas a entregarme tus anotaciones para que sirvan de modelo a otras clases. Nunca te des por vencida Gaby. Recordá que tenés mucho valor, que sos una ganadora".

La profesora Estela Duba creyó en mí. Tanto, que yo también empecé a creer en mí.

Hoy sé que ella cambió la trayectoria de mi vida, que tuvo un efecto transformador. No solo inculcó hábitos de estudio en mi formación, sino también ayudó a que creyera en mi talento. Y al finalizar el año, los resultados fueron más que satisfactorios: pude entregar mis apuntes y obtuve la calificación más alta.

Existen muchos profesores que más allá de los méritos académicos se involucran con sus estudiantes a un nivel personal.

Estoy segura de que todos tuvimos un profesor que nos dejó huella. Que se distinguió del resto por su compromiso y capacidad para inspirar a los alumnos a que sean protagonistas de sus propios sueños.

Existen muchos profesores que más allá de los méritos académicos se involucran con sus estudiantes a un nivel personal. Y son capaces de conectarse de manera individual con ellos haciéndoles ver que cada uno cuenta. Porque un alumno motivado será, sin dudas, un mejor estudiante.

Necesitamos héroes en las aulas, líderes que formen líderes, para que estemos aún más orgullosos del país que tenemos.

La educación paraguaya enfrenta un momento crucial, con urgencias que debemos abrazar. Pongamos las aulas en condiciones, pero al mismo tiempo concentrémonos en formar al equipo de educadores del Estado y de la sociedad civil. Necesitamos invertir en ellos para que puedan transformar, inspirar y elevar la educación de nuestros niños y jóvenes. Porque como decía Benjamin Franklin: "No hay inversión más rentable que en la del conocimiento".

Junto a mi equipo nos hemos comprometido con el ministro Riera para capacitar a sus 8.000 directores y 70.000 docentes en valores y principios de liderazgo.

Necesitamos héroes en las aulas, líderes que formen líderes, para que estemos aún más orgullosos del país que tenemos. Porque, como dijo Abraham Lincoln: "La filosofía del aula en una generación será la filosofía del gobierno en la siguiente".

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