Cuando el árbitro Daniel Fedorzcuk marcó este jueves el pitazo final en La Bombonera y el silencio se apoderó de tan mítico estadio, fue imposible no recordar como comenzó la historia más gloriosa que, hasta aquí, estaba escribiendo el club Independiente del Valle de Ecuador.
11 de febrero de 2016. Partido de vuelta de la primera fase de la Copa Libertadores de América, frente a Guaraní. Estadio Defensores del Chaco.
El equipo paraguayo debía remontar un 1-0 recibido en la ida para avanzar a la segunda fase, la de grupos, del torneo de clubes más importante del continente.
Tras un primer tiempo sin goles, emparejó las cosas a los 16 minutos del segundo, con la anotación del mediocampista Marcelo Palau.
Sin embargo, el conjunto visitante empató el juego quince minutos más tarde y, con el tanto de José Angulo volvía a sacar ventaja en el marcador global.
Toda la presión era para Guaraní, que encontró en los pies del delantero Rodrigo López el nuevo tanto de ventaja apenas cuatro minutos después del empate ecuatoriano.
Ese tanto, sin embargo, no alcanzaba para clasificar, los aurinegros debían convertir uno más, pues Independiente del Valle se estaba beneficiando de la regla del gol de visitante.
Ansiedad, tensión, emoción. Todo se juntó en el tramo final del partido, en el que Guaraní fue claro dominador, y que por indicaciones del árbitro Mauro Vigliano se jugó cinco minutos más, una vez cumplido el tiempo reglamentario.
A los 49', una falta de Arturo Mina sobre Rodrigo López dentro del área, fue sancionada como penal. Incredulidad y protestas airadas de parte de los ecuatorianos, festejo y ansiedad por el lado de los paraguayos.
Era la posibilidad del gol de la clasificación para Guaraní, y de tamaña responsabilidad se encargó el propio "Rorro". El uruguayo quiso asegurar con un potente remate al centro y el balón fue a parar a las gradas del sector norte.
[embed]https://www.youtube.com/watch?v=lmIEQYHwA4A[/embed]
Derrota y eliminación para Guaraní.
Clasificación y el inicio de un largo y exitoso camino para el Independiente del Valle, el equipo capitaneado por el paraguayo Librado Azcona, que hoy está en las finales de la Copa Libertadores.
Su último rival para ponerle un final feliz a esta maravillosa historia es el Atlético Nacional de Colombia, campeón de América en 1989 (venció al Olimpia por penales).