París, Francia. AFP.

Del Brexit al fenómeno Donald Trump, pasando por el auge de la ultraderecha en Austria, los electores han desafiado a las élites imponiendo un "repliegue nacional" ante las desigualdades crecientes provocadas por la globalización, explican a la AFP economistas y personalidades.

"Hay varias formas de responder al aumento de las desigualdades, y una de ellas es, por desgracia, el repliegue nacional o la xenofobia", explica a la AFP el economista francés de izquierda Thomas Piketty, autor del best seller internacional "El capital en el siglo XXI". "Ésa es la vía que encarna el Brexit en el Reino Unido, y que también es fuerte en Francia con el Frente Nacional y en EEUU con Donald Trump, que fustiga a los mexicanos o el islam.

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Adopta diferentes formas según los países", constata Piketty. Y es que aunque la riqueza aumenta cada año (el PIB mundial creció un 3,1% en 2015), su reparto es cada vez más desigual. Según la ONG británica Oxfam, el año pasado el patrimonio acumulado del 1% más rico del planeta superó el del 99% restante, con un año de adelanto sobre las previsiones.

Ya no se trata solo de la desigualdad manifiesta entre los países ricos y los pobres. Las sociedades más avanzadas tienen una parte considerable de desheredados, ya sean ganaderos aplastados por la competencia internacional, obreros privados de su fábrica deslocalizada, empleados expulsados de las grandes ciudades por la disparada de los precios de la vivienda o vecinos exasperados por la proximidad de un campamento de refugiados.

"Las desigualdades no dejan de aumentar en la mayor parte de países de la OCDE. En EEUU están alcanzando niveles que no se veían desde los años veinte" del siglo pasado, explica a la AFP Jennifer Blanke, economista en jefe del Foro Económico Mundial (WEF), que organiza cada año en Suiza el foro de Davos.

La globalización y el sufrimiento social

"Si se analiza el Brexit, el país aparece dividido entre las regiones que sacan provecho de la globalización y aquellas en las que la gente no tiene la impresión de estar beneficiándose del crecimiento", destaca la economista, Jennifer Blanke, de WEF. Un diagnóstico similar al del ex ministro francés conservador y ex comisario europeo Michel Barnier.

"El verdadero problema es: ¿de dónde viene este sufrimiento social? ¿De dónde viene este desempleo, este sentimiento de exclusión o de abandono? Ciertamente, están en cuestión las consecuencias de la globalización", reconoce. Según él, "mucha gente que manifiesta su cólera, su frustración y su sufrimiento social" han votado en el Reino Unido por abandonar la Unión Europea.

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