En un atípico día en Wimbledon, donde tras la gran cantidad de partidos atrasados por lluvia que obligó la suspensión del tradicional descanso del primer domingo (Middle Sunday), la número uno del mundo y campeona vigente Serena Williams saltó a la hierba del All England Club para imponer su sello característico.
camarógrafo, fue una tromba este domingo y avanzó a la ronda de octavos de final con un triunfo contundente por 6-3 y 6-0, ante la alemana Annika Beck.

Este triunfo que se dio en tan solo 52 minutos, sirvió a la vez para que la uno del mundo alcanzase la marca histórica de 300 triunfos en torneos de Grand Slam, que sorprendió a Serena: "No tenía idea, es fenomenal, ¿cierto? Pienso que son muchos partidos".

Esta victoria tiene además un matiz especial en su carrera debido a la rotura de un empate en 299 triunfos con Chris Evert, que la coloca en el segundo lugar en la era de los Abiertos, por detrás de Martina Navratilova, que cerró su carrera con una marca de 306-49.

Ahora Serena mide a la rusa decimotercera favorita Svetlana Kuznetsova, que se impuso a Sloane Stephens y que sabe lo que es vencer a la uno del mundo en una cita importante, dado que la derrotó en Roland Garros 2009.

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Serena aventaja a su rival de hoy por nueve triunfos contra tres derrotas.

En la rama masculina y en el encuentro más trascendental de la jornada de hoy, el escocés y campeón en el 2013, Andy Murray, quien quedó como el principal favorito al título tras la sorpresiva eliminación del serbio Novak, tiene a uno de los rivales más difíciles de vencer, el espigado jugador australiano Nick Kyrgios.

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