Dante Mossi, representante del Banco Mundial en Paraguay, resalta la necesidad de que la transparencia sea un eje transversal en todas las políticas del Estado.Para ello señala la importancia de un rol activo de la ciudadanía a la hora de apuntar y denunciar hechos de corrupción.
Agrega que la impunidad se ve favorecida por la falta de justicia. Resalta que nuestro país ha dado pasos importantes con la "Ley de Acceso a la Información" para mejorar su imagen país y atraer inversores extranjeros, como pretende el Ejecutivo.
–¿Cuáles son los objetivos principales actuales del Banco Mundial en Paraguay?
–Uno de los temas centrales que hemos acordado con el Estado es el tema de la reducción de la pobreza. En eso hemos acordado, además que los recursos del Estado son limitados y hay que encontrar la mejor manera de utilizarlos.
–¿En qué se debe trabajar?
–La transparencia para nosotros es un tema transversal que cruza todos los ejes de trabajo del Gobierno. Pensamos que uno de los ejes de campaña del presidente Cartes: que lo público es del público, realmente fue algo transformacional en la vida paraguaya, creemos que no hay marcha atrás para eso. Un paso importante para esto fue la aprobación de la Ley de Acceso a la Información. Estos avances son pasos de país que pone a Paraguay en otro sitio.
–¿Cómo califica la imagen del Paraguay hacia el exterior?
–Cuando hicimos el análisis de Paraguay, da un poco de vergüenza decirlo, pero en los indicadores de transparencia internacional, a Paraguay le va muy mal.La percepción internacional es que no existen buenos índices de justicia, hay que pagar peaje a los empleados públicos para hacer las cosas. Esa es la percepción del público, sea cierta o no es la percepción internacional. Me parece que esta política pega de frente contra esa percepción pública, de cómo combatir eso.
–¿Qué rol juega la ciudadanía en todo esto?
–Para nosotros en el Banco, además fue muy importante que surgiera toda esta primavera de transformación que se dio en Paraguay, como el cambio de autoridades en la Universidad Nacional de Asunción, la Contraloría, el Ministerio de Educación, los casos de los intendentes. Lo importante para el Banco Mundial es que, bien o mal, la ciudadanía diga "yo quiero rendición de cuentas de los recursos públicos".
"Fue muy importante que surgiera toda esta primavera de transformación que se dio (...), como el cambio de autoridades en la UNA, la Contraloría, el Ministerio de Educación, los casos de los intendentes".
–¿Existen esfuerzos regionales por combatir la corrupción?
–Recientemente tuvimos un foro acá en Paraguay y decidimos invitar a la contraparte de la ministra Soledad Quiñónez, tanto de Uruguay como Argentina. Existe una voluntad común entre los tres países de que, no importa qué, hay que combatir la corrupción. No se tolera, punto. Si eso viene desde arriba, lo demás se debe dar por añadidura.
–¿Cuán importante es la Ley de Acceso a la Información?
–Lo que no fue común, que a mí me llamó la atención, Paraguay logró después de 12 años una Ley de Acceso a la Información, mientras que Argentina y Uruguay aún no tienen una. Uruguay tiene otra legislación que es equivalente, pero Argentina directamente no la tiene. Lo que me sorprendió y lo dijo la representante de Argentina es "yo quiero hacer lo mismo que Paraguay en Yacyretá", publicar los salarios de los funcionarios. Entonces lo que Paraguay ha hecho son avances importantes en el tema de la transparencia.
–¿Cuál debe ser el rol de la justicia?
–Si vemos que funcionarios públicos corruptos se salen con la suya, eso no es justicia y el pueblo toma nota. Entonces hay una tarea pendiente, con la impunidad. Todavía hay una tarea pendiente muy fuerte de los fiscales, de los jueces, de cómo realmente llevar adelante estos casos de abuso del uso público y de llevar a la justicia a los culpables. Es evidente que estas calificaciones internacionales en cuanto al sistema de justicia no son los que deben ser para un país como Paraguay y sus niveles de ingreso.
–¿Los avances que se están dando, según usted, son suficientes?
–No se puede hacer todo a la vez y eso es algo que quedó claro. Hay que ir por pasos y el primero fue el de acceso a la información, pero ahora viene la parte más difícil, qué hacemos al respecto. Entonces, hay que hacer más transparentes las empresas públicas, las licitaciones del Estado. Está bien que salten los casos de corrupción, pero ahora tenemos que ir tras los responsables.
–¿Cómo hace el ciudadano para formar parte de este proceso?
–La población tiene una herramienta con la que no se contaba en el pasado. La actual generación tiene más herramientas para expresar repudio o felicitar por una buena gestión. En la actualidad, los medios empoderan a los ciudadanos, a una persona, independientemente a donde esté, su condición social, nivel educativo, puede expresar lo que piensa, independientemente a lo que el Gobierno haga o no haga. Por otro lado, en Paraguay hubo una coincidencia política y coyuntural.
–¿La imagen de Paraguay puede atraer inversores como pretende el Gobierno?
–Paraguay tiene una agenda muy importante de atraer inversores. La mejor manera de atraerlos no es con publicidad, sino mostrando una imagen de que es un país donde se pueden hacer negocios de cara a cara, sin coimas, respetando la ley. Me parece que el país está dando una señal consistente. Yo no voy a invertir en un país donde sé que me van a extorsionar, sea la inversión grande o pequeña.
"Está bien que salten los casos de corrupción, pero ahora tenemos que ir tras los responsables".
–¿El movimiento económico denota avances?
–Los que invierten mayormente en este país es el sector privado. El sector privado es todavía más demandante en materia de transparencia. Para nosotros este es un año bueno de desembolso, vamos a llegar a unos US$ 80 millones. El sector privado por otro lado desembolsó como US$ 220 millones, a los bancos, a los agronegocios. La señal que esto me está dando es que hay confianza en el país, pero pudiera haber aún mucho más.
–¿Y la situación de pobreza?
–Paraguay tiene el gran desafío de reducir los niveles de pobreza extrema, ya que actualmente Paraguay alimenta al mundo, pero hay unas 600 mil personas que van a su sueño con hambre. Ese es un reto que va a tomar tiempo resolverlos, pero será mucho más fácil si existen empleos para estas personas.