Londres, Reino Unido | AFP.
El gobierno nacionalista escocés no perdió el tiempo tras el terremoto del Brexit y el fin de semana anterior afiló sus armas con un objetivo claro: la independencia para quedarse en la Unión Europea.
"El Reino Unido por el que el pueblo escocés votó en el referéndum de independencia de 2014 ya no existe", declaró, en su momento, la jefa de gobierno escocesa, Nicola Sturgeon. Un segundo referéndum de independencia "es muy probable", añadió la jefa de gobierno en un programa televisivo de la BBC. El sábado, apenas 24 horas después de los resultados del referéndum británico, Sturgeon convocó a su gabinete con carácter urgente para preparar su estrategia.
El escenario político británico se está desmoronando, y el líder opositor, el laborista Jeremy Corbyn, afronta una revuelta abierta en su partido y el lunes pasado fue objeto de una moción de censura. El primer ministro conservador, David Cameron, ya presentó su dimisión, que se hará efectiva en octubre.
Los principales países de la UE presionan para que las negociaciones de divorcio de Gran Bretaña se abran lo antes posible, y Sturgeon, líder del partido nacionalista escocés, previsiblemente no quiere perder tiempo. "Mi desafío es decidir la mejor manera de proteger los intereses de Escocia, cómo puedo prevenir que nos saquen de la UE en contra de nuestra voluntad", explicó Sturgeon.
El histórico referéndum británico del jueves 25 de junio pasado fue ganado por los partidarios de la salida por 52% a favor y 48% en contra.
Escocia, así como Irlanda del Norte, votaron mayoritariamente por permanecer en la UE. Los escoceses votaron un 62% en favor de la UE, 38% en contra. "Esto no va a ser una reedición del referéndum de 2014" que Escocia organizó con el acuerdo de Londres, y que otorgó la victoria a los que querían permanecer en el Reino Unido, dijo Sturgeon.
Un sondeo realizado por el Sunday Times el viernes 25 y sábado 26, mostró que el 52% de los escoceses quiere la separación del Reino Unido. Otro sondeo, realizado entre 1.600 personas por ScotPulse, da un 59% de apoyo a la independencia, en comparación con el 32% que quiere seguir en el Reino Unido. Hace dos años los electores optaron por rechazar la independencia, con una mayoría cómoda del 55%."La independencia no es mi punto de partida en este asunto", afirmó Sturgeon, dejando entrever así que la prioridad es mantenerse en la UE. "Lo que pase de aquí en adelante deberá ser negociado". Esa negociación será en paralelo con Londres y Bruselas. "Nuestro argumento es que no queremos irnos, ni tampoco queremos irnos para volver luego".
¿Sucesor de Gran Bretaña en la UE?
Salir de la UE para volver a entrar supondría en principio que Escocia tendría que aceptar el euro. "Podríamos imaginar que Escocia sea tratada por la UE como el sucesor del Reino Unido", explicó a la AFP Andrew Scott, profesor de Estudios Europeos de la universidad de Edimburgo. "Si la independencia de Escocia se logra antes de que se haya finalizado el Brexit, Escocia podría decirle a la UE 'somos sus sucesores, no nos vamos, así que nosotros heredamos la posición británica, con las derogaciones británicas y el descuento presupuestario británico'", aventuró este experto. Otra opción sería que Escocia deje la UE al mismo tiempo que el resto del Reino Unido, y luego volviera a ser candidata, y entre tanto adherirse al Espacio Económico Europeo, una asociación de países que no forman parte de la UE pero que gozan del acceso al mercado único, con ciertas condiciones.
Escocia tiene unos 5 millones de habitantes y su Producto Interior Bruto (PIB) es de más de 200.000 millones de euros. Eso representa que sería contribuyente neto a la UE. Pero el país, que depende vitalmente del petróleo, cuya cotización se desplomó en los últimos dos años, arrastra su propio déficit. Y las cuentas con Londres tampoco serían fáciles de saldar.