Buenos Aires, Argentina. AFP.
Las causas de corrupción que envuelven a un empresario y a ex funcionarios kirchneristas se convierten en una brasa ardiente en Argentina, donde avanza el objetivo político y judicial de estrechar el cerco en torno a la ex presidenta Cristina Kirchner.
El presidente Mauricio Macri insiste en que quiere acabar con la corrupción en Argentina. Un desfile de ex funcionarios kirchneristas por los tribunales se cumple sin tregua con 16 encausados por corrupción o mal gobierno.
El escándalo se reavivó esta semana con allanamientos a propiedades de la ex jefa de Estado. Los casos son "devastadores para el kirchnerismo, dijo el analista Eduardo Fidanza, de la consultora Poliarquía. "Probablemente precipiten nuevas imputaciones con la firme probabilidad de que Cristina vaya presa", dijo el consultor.
Macri fue quien derrotó al poderoso peronismo en las elecciones de noviembre al frente de una alianza de derechistas y socialdemócratas. La oposición kirchnerista asegura que los jueces que pusieron la mira en la ex mandataria responden a presiones políticas de la Casa Rosada (gobierno).
El shock del año fue la insólita captura en junio de José López, un ex viceministro de Obras Públicas de los Kirchner. En un acto grotesco, lo atraparon de madrugada arrojando bolsas con casi US$ 9 millones y miles de euros en el jardín de un convento de monjas. Ahora está tras las rejas de un pabellón psiquiátrico.
Delira, está medicado y se pone agresivo cuando intentan que declare ante un juez. Durante 12 años López manejó multimillonarios contratos del Estado con grandes empresas constructoras viales y de viviendas, entre otras. Se sospecha que se enriqueció con suculentos sobornos.
Andanada de
allanamientos
El último movimiento de pinzas el jueves en torno a la ex mandataria fue una andanada de allanamientos contra sus propiedades.
La disparó el juez Claudio Bonadío. Once propiedades inmuebles de Kirchner en la Patagonia (sur) fueron requisadas. Bonadío es enemigo declarado de Kirchner, quien en vano intentó apartarlo o llevarlo a juicio político.
La punta del ovillo que persigue Bonadío son maniobras de lavado de dinero imputadas al empresario Lázaro Báez. Báez está en prisión. Hizo fortuna favorecido en los negocios por los gobiernos de Cristina y de su fallecido marido, el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007). De simple empleado bancario y comerciante, Báez pasó a tener propiedades valuadas en US$ 140 millones. También están acusados de lavar dinero sus cuatro hijos.