Por Emma Paoli, Magíster en Educación

El predicamento del sistema educativo, aún invertebrado, como devenido de un proceso severamente truncado, debe ser abordado desde un eje de tiempo realista y respetuoso de la cientificidad de la historia. Sus hitos exigen una:

(1) Visión Retrospectiva: Hasta fin de la década del 70, el sistema educativo paraguayo mantenía sus características históricas: muchos docentes no profesionalizados y escuelas incompletas, escasa atención a las modalidades lingüísticas de escolares, entre otros indicadores de bajo nivel y falta de horizonte de cambio hacia modelos educativos con algún atisbo de calidad. En tanto, la reforma educativa emprendida en 1956 incluyó la educación técnica como uno de sus principales objetivos. Entonces:

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(2) Visión del aquí y ahora, desde el pasado inmediato: Fue notorio el traspaso de las "nuevas orientaciones educativas" por parte de agencias burocráticas como el BM y el BID, en el proceso de los 2 proyectos de reformas durante el Desarrollo Educativo Decenal, entre los decenios 1972/81 y 1982/91.

Sin embargo, la alta calidad académica y cultural de quienes integraban los Equipos de Diseño Curricular, delinearon derroteros de reformas profundas del sistema educativo, por lo que pasaban a constituirse –al ser asumidas por los organismos oficiales– en políticas nacionales.

Penosamente, en la situación actual, un sistema educativo desestructurado históricamente y pusilánime políticamente no atina a reconfigurar los cimientos de las instituciones de sustento, para cualquier proceso de Reforma Integral, tal es el caso del Instituto Superior de Educación (ISE), y de los Centros Regionales de Educación; los cuales, conjunta y coordinadamente podrían establecer las conectividades, como modelos pilotos para configurar una reforma con profundas raíces en la dinámica vertiginosa de la "Era del Conocimiento", sin pérdida de la identidad cultural del modo de ser, aprender y hacer del paraguayo, como habitante del mundo, y ciudadano emergente de los ancestros guaraníes de influencia jesuítica, como el no ser aquí y ahora.

Luego: Visión Prospectiva, desprendida de la costosa e infructuosa, reforma educativa no nacida (1994): Con el argumento que tal actividad no resultaba fácil teniendo en cuenta el legado autoritario de la dictadura, se tiene hoy un escenario complejo, pretérito e incompatible con la realidad en la educación paraguaya, la reforma educativa no nacida, no posee la fuerza ineludible para despojarse del aprendizaje conductista, de su pasado lleno de prejuicos.

Hoy, en pleno Siglo XXI, las exigencias en el ámbito de la educación se han transformado y es hora de aplicar un modelo nuevo e innovador, adaptado a la tecnología y al dinamismo comunicacional.

Colaboración: Prof. Eugenio González.

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