Evadió su vocación diez años, pero cuando dejó de hacerlo, esa pasión la absorbió por completo. Hoy, ya no solo como actriz, también como directora de teatro experimental, aporta obras a la dramaturgia nacional y además se empeña en que Paraguay sea parte del circuito internacional teatral.

Por: Jazmín Gómez Fleitas

Es curioso que la primera imagen que Paola recuerda de su mamá -Margarita Irún- actuando, sea la de morir en las tablas. No una, sino tres veces. Primero fue un suicidio, al interpretar a Adela en La casa de Bernarda Alba. En Las troyanas de Eurípides, fue Casandra la sacerdotisa, a quien entregaron como trofeo de guerra. Y finalmente, en Hamlet, como la trágica Ofelia que fallece ahogada.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

En sus propias palabras, eso la afectó, y a lo largo de su crecimiento su sumaron más factores. Por ejemplo, que las personas ya daban por sentado que ella seguiría el camino de su madre. Todo aquello le terminó molestando, lo tomó como un atentado temprano a su individualidad, y es así que en una etapa de rebeldía, acabó decidiendo que elegir otro camino sería mejor que tomar el que todas las demás personas le señalaban.Foto: Chelo Encina

Estudió Ciencias de la Comunicación y trabajó en Alta Producciones desempeñándose como productora, en una de las épocas más fructíferas de la empresa. Durante ese período coincidió con todos los grandes nombres del audiovisual paraguayo, que en aquel entonces se estaban formando: Juan Carlos Maneglia, Tana Schémbori, Marcelo Martinessi y Paz Encina, entre otros. Allí empezó a actuar cuando lo necesitaban para los materiales y lo disfrutaba. Sin embargo, fue al participar en un cortometraje de Darío Cardona cuando sintió en la piel que eso era lo que buscaba.

Es en ese momento de quiebre que decide dejar todo lo que tenía en su vida hasta entonces, para volcarse de lleno al teatro luego de diez años de separación. Por primera vez estudia, y lo hace en la escuela de actuación de su madre. Al concluir su formación, aplica a la beca Fullbright para la maestría en Teatro de la Universidad Sarah Lawrence. La consigue y se va con su familia a Nueva York, en ese entonces compuesta por su esposo y un hijo, pero de allá vino una hija más. Se quedó dos años más trabajando y, si bien regresa en el 2013, ya en el 2009 había creado En Borrador, su compañía teatral.

"Yo quiero, no, necesito ver a las personas haciendo cola para entrar a ver obras nacionales. Yo necesito que valoren al artista paraguayo", decía Paola con una voz quebrada por la emoción, tres años atrás en una charla de Gramo. Esa pasión ferviente sigue intacta. Si en un principio En Borrador nacía para aportar obras a la dramaturgia nacional, hoy también se suma el deseo de que Paraguay sea parte del circuito teatral internacional.

Para ella no es un hobby o un pasatiempo, se cataloga de profesión: artista de teatro. Si bien hace otras cosas aparte cuando ya estrena una obra, lo hace porque señala que los recursos no alcanzan. En esas breves pausas, sigue pensando en ello, viajando, muchas veces sólo para obtener contactos y así poder trabajar para cumplir con ese nuevo anhelo. Porque el teatro, para ella, es su vida.

En Borrador, teatro en construcción, crea sus propias obras teatrales sin guión previo, y lo hace a través del método experimental; es decir, creando en laboratorio con los mismos actores. Hasta el momento, ya llevan estrenadas ocho obras en total, y las tres últimas fueron presentadas fuera de salas convencionales de teatro.

El próximo 8 de julio, y siguiendo ese esquema de ruptura con lo convencional, estrenará una nueva obra que fue posible gracias al programa IBERESCENA. El mismo otorga un fondo económico concursable desde el 2006 creado por la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, México, Panamá, Paraguay y Uruguay) para fomentar el intercambio e integración de las artes escénicas iberoamericanas. El proyecto En Borrador fue adjudicado dentro de los fondos de ayudas para las artes escénicas iberoamericanas IBERESCENA 2016, a través de las Secretaría Nacional de Cultura y presentado por el Centro Cultural El Cabildo a través de la Fundación Augusto Roa Bastos y el Fondec. Es la primera compañía paraguaya de teatro que consigue este fondo.

¿Por qué esta nueva obra es tan importante?

Es un proyecto superimportante porque que tiene los fondos de IBERESCENA 2016, y es la primera vez que se hace en Paraguay, siendo el único proyecto que pudo acceder. Tan difícil es acceder a fondos acá; por eso, que haya un fondo iberoamericano que ayude a las artes escénicas es genial y poder acceder, otra vez, es más importante.

Lo particular de IBERESCENA es que apoya la coproducción para la creación. Es decir, no apoya obras de otros autores, tenés que crear vos tu obra (como es el caso de las obras En Borrador); pero además tiene que ser una coproducción, y nosotros lo somos con una compañía brasilera que se llama Núcleo Bartolomeu de Depoimentos.

¿Cómo trabajaron para la coproducción con la compañía brasilera?

La coproducción consta de tres partes. La primera es la residencia en San Pablo, que ya realizamos en marzo, para conocer y trabajar con las herramientas de creación de ellos. Después pasás a hacer una especie de colaboración para una fusión, en el sentido de herramientas de creación. Ellos crean de una manera; nosotros, de otra y unimos esas herramientas.

Ellos hacen un teatro muy específico, el teatro hip-hop. Cuando uno lo escucha la primera vez, quizás se imagine que cantan y bailan, pero no es así. La cultura hip-hop es una de denuncia social, política y económica; siempre está poniendo en el tapete la realidad. Y a través de cosas específicas, como una dramaturgia musical y el uso del spoken word (el texto poético con una métrica musical). Son esas cosas las que nosotros tomamos como herramientas pero traducidas a nuestra manera de ver. No vamos a hacer teatro hip-hop; nos juntamos para ver la manera de crear una fusión en colaboración durante este período en el que nosotros estamos creando, porque ahora estamos en laboratorio, en constante comunicación virtual con ellos. Ahora vienen a Paraguay para dar un último feedback, una última colaboración antes del estreno, en el que van a estar con nosotros.Foto: Chelo Encina

¿Cómo explicás la manera en la que hacés teatro en laboratorio?

Bueno, en mi manera de trabajar, cada vez que voy a realizar una obra, primero elijo un tema, lo suficientemente amplio como para que me dé la oportunidad de experimentar. A partir del tema, se viene una investigación: todo material literario, de audio, audiovisual, visual que tenga que ver con eso, que informe acerca de él. Dependiendo del tema, también entrevistas con personas, visitas a lugares.

¿Y cómo sigue?

Una vez que hay un elenco establecido, se empieza a experimentar en sala de ensayo a partir de esa investigación. De esa investigación yo saco puntos de partida, aristas, consignas, y ellos van probando en ensayo. Es a prueba y error todo el tiempo. Muchas cosas quedan, muchas cosas se pierden, muchas no funcionan. Muchas hasta nos dan vergüenza, pero uno tiene que pasar por todo eso para llegar a encontrar cuáles son las cosas que realmente funcionan. Es una colaboración absolutamente integrada, por eso siempre busco trabajar con actores creadores. A partir de esa experimentación en ensayo, vamos proponiendo ya en papel, en guión, por escena. Es medio un rompecabezas y después se va viendo cómo se engancha. Se va probando y probando, hay veces que nos pasamos horas hablando y discutiendo sobre posibilidades. Todo es material para crear; solamente tiene que estar el ojo del director para ver cómo utilizarlo y traducirlo en escena.

¿De qué forma específica trabajaron para la creación de esta nueva obra?

El tema disparador tiene que ver con el río Paraguay, con la rivera, con la gente. La subida del río, la bajada del río, las lluvias, las inundaciones y todo lo que eso implica.

A raíz de mi inquietud de que los estudiantes de teatro no tienen dentro de sus mallas curriculares suficiente énfasis en lo que es la creación o la experimentación, hice una convocatoria para estudiantes de las cinco escuelas de teatro más emblemáticas de Asunción. Se hizo la convocatoria: presentar un proyecto de creación con respecto a ese tema. De cada escuela se eligió uno. A cada director-creador se le otorgó una suma de dinero para que desarrolle su obra con el mismo tema pero abordando distintas aristas.

¿En qué resultó eso?

Un grupo habló del mundo del reciclado, otro tenía que ver con los niños, otro grupo habló de la reubicación, otro de que somos agua y qué implica ser agua, y finalmente, otro grupo del mundo de los pescadores. Todo eso lo presentamos como una maqueta teatral titulada En proceso. Lo que yo hice fue extraer una propuesta y de a partir de ella hacer la obra. El extraído fue el que tocó el tema de reubicar, que estuvo creado y dirigido por Manuel Alviso, que ahora es mi asistente de dirección.

"Reubicar" de lo que era en esos 15 minutos iniciales, prácticamente ya no existe, se convirtió en otra cosa. Uno parte de un tema, de un punto de partida y puede terminar absolutamente en otro. Eso es lo maravilloso, poder explorar y darse el tiempo para crear, de cero, de la nada, y llegar a algo que después compartas con el público y que sea tuyo, algo que vos querés decir.

¿De qué trata la obra finalmente?

De "reubicar" y tiene dos aristas: la literal y la más abstracta. La literal es la gente que debe reubicarse. El agua sube, suben. El agua baja, bajan. Y todo lo que eso implica, cosas que tienen que mover, las casas que se quedan inundadas o bajo agua, las cosas que pierden, se van a los refugios, están mezclados con gente de muchísimos otros barrios que no conocen, es peligroso, un montón de cosas. Y después está el otro tema que es más amplio: que es el reubicar de todos nosotros. Todos estamos reubicándonos todo el tiempo, por la vida, por nuestros afectos, por el sistema, por nuestra necesidad en sí de querer renovarnos. Si no nos movemos, nos quedamos estancados; pero en ese movernos, nos reubicarnos como personas. ¿Qué dejamos atrás? ¿Qué tenemos que dejar atrás? ¿Qué elegimos dejar?

Tenemos que empezar de cero un montón de veces. Pero la mayor parte del tiempo estamos en el mismo círculo vicioso alrededor del cual vamos dando vueltas y nunca podemos avanzar, porque repetimos siempre los mismos errores. Nos vamos reubicando en el mismo círculo vicioso, uno y como sociedad también. Entonces, cómo hacer para ver eso, para sacudirse y para avanzar hacia adelante. De eso se trata la obra. Son dos personas, un hombre y una mujer que se reubican a partir de la crecida del río y se ven obligados a compartir el mismo espacio pero son dos extraños.

¿Cuántas personas componen el elenco?

Ever Enciso y Ruth Ferrerira hacen de los que se reubican. Luis Zorrilla, actor y músico, fue con nosotros a San Pablo por esto de la dramaturgia musical. Jorge Báez y Rayam Mussi son parte de En Borrador siempre; mis colaboradores directos, cercanos, hermanos. Esta vez, son los narradores de la obra. Eso en cuanto a elenco. Después, están Manuel Alviso como asistente de dirección, Carlos Spatuza como director de arte y todo el equipo brasileño que ayudó con la producción.

En estos años desde la creación de En Borrador hasta hoy, ¿el teatro paraguayo creció o se desarrolló de algún modo?

El teatro en Paraguay creció muchísimo en los últimos años; así como la producción, el público, el interés por el teatro; sin embargo, yo sigo viendo una falencia en el teatro de creación. Es muy poca la gente que crea teatro, ni qué decir los dramaturgos paraguayos. Eso ya viene desde la formación en las escuelas. No existe una formación hacia la creación y la experimentación, todo está más orientado a la interpretación. ¿Dónde están los dramaturgos? ¿Dónde están los grupos que crean obras paraguayas? Hay muy pocos. Y esos grupos deberían ser impulsados, apoyados, mucho más de lo que son.

¿Por qué la insistencia en la necesidad de crear?

Crear es tan maravilloso. Estás diciendo lo que realmente querés decir en ese momento, no estás adaptando, estás hablándole al público con tu propia voz. Y eso me parece que es muy importante, sobre todo ahora que estamos viviendo un momento social y político en el país en el que la gente ya no se calla. Ya no se quiere callar más. Qué escenario más propicio para que el teatro tampoco se calle y para que hablemos con nuestra propia voz.

En cartelera teatral

El próximo 8 de julio estrena la obra coproducida gracias a IBERESCENA 2016, "De nuevo, otra vez y una más" en Villa Romana (Gral. Garay 361 y Del Maestro). Estará disponible todos los viernes, sábados y domingos de julio. Para las reservas contactar al (0982) 534-300 y para más información en el fanpage En Borrador.

Dejanos tu comentario